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uso de esa absoluta arbitrariedad con que los propietarios fijaban el salario del pobre trabajador, imponiéndole la lei de su interes i comprimiéndole por sus propias necesidades, habia un verdadero bien social que ha trascendido hasta nosotros, tal ha sido el que nace del desprecio con que se miró la esclavitud por los colonos pudientes, los cuales la consideraban como un arbitrio oneroso, que ningun provecho reportaba. Este era un resultado preciso de lo bajo de los jornales, porque siendo mas costoso un esclavo, por su precio i los alimentos que en todo tiempo i edad debian suministrársele, que el servicio de un proletario que no estaba sujeto a la servidumbre, se decidian fácilmente por no emplear esclavos propiamente dichos en las labores de la industria, i cuando mas los adquirian como un objeto de lucimiento i ostentacion. (1) De este modo la esclavitud de la necesidad, sin ser menos onerosa, ocupó el lugar de la perpetua, que las leyes i las costumbres reconocian entonces con criminal impudencia. Este accidente salvó a Chile, bien que a costa de un verdadero sacrificio que subsiste en parte, del verdadero mal social de mas funesta trascendencia que hoi degrada a los pueblos que no han podido abolir la esclavitud apesar de su civilizacion.

Es facil ahora concebir por que se miran como

(1) Esta es la esplicacion que da D. Manuel Salas del fenómeno, i no la que le atribuye la nota de la 3 edicion, que se vé en la pájina, 77, en que se supone que la condicion del indíjena era peor que la del mestizo, i que aquel i no éste era el que se empleaba en los labores de la agricultura, al contrario de lo que afirman Salas i todos los hechos.

inculpable la dureza con que tratamos al proletario i ese egoismo ciego i grosero con que nos aprovechamos del fruto de su industria, apreciándolo jeneralmente sin estimar su trabajo i necesidades. Fácil tambien es esplicar por que yace aun en la miseria, en la corrupcion i en la ignorancia esa última clase de nuestra sociedad, que demasiado bien ha probado que sus facultades físicas i morales no son degradadas, como lo creyeron los conquistadores, sino tan susceptibles de mejoramiento i de cultivo como las de los pueblos mas sobresalientes en civilizacion. (1) Bástanos observar como complemento de esta asercion esa numerosa clase media, que naciendo en gran parte de aquella, no existia antes de nuestra revolucion i que prepara un brillante porvenir a nuestra patria. (2)

(1) D'ORBIGNY ha observado que los mestizos de españoles e indíjenas chilenos están dotados de una estrema facilidad de intelijencia i que no ceden en nada bajo ningun respecto a la raza blanca de que proceden.-L'homme americain, part. 1.e ch. 2.e

PELOUZE Sostiene que los mulatos i mestizos no solo son mas fuertemente constituidos que los individuos de las razas de donde traen su oríjen, sino que tambien poseen las mas felices disposiciones para las ciencias i para las artes mecánicas i agradables. Las pruebas que tenemos en América de esta verdad, me escusan de mas citas: con los mestizos conquistamos nuestra independencia i con ellos hacemos progresar nuestra industria. He aquí un testimonio irrefragable de su capacidad.

(2) No he hablado aqui de una clase media en el sentido aristocrático de la Europa, sino de esa numerosa porcion de propietarios e industriales que forma el grueso de la poblacion, ocupando un término entre el proletario o jornalero i los grandes propietarios que formaban la aristocracia colonial, los cuales han perdido de tal modo su antigua posicion, en cincuenta años, que en el dia están, en algunas secciones americanas, refundidos enteramente en aquella clase. En poco tiempo mas se operará la misma refundicion en las

VI.

Influencia del sistema colonial en la industria de Chile.

Hasta aquí he tratado de investigar la influencia del sistema colonial i de sus leyes sobre los indíjenas i sobre las dos clases en que he considerado dividida nuestra sociedad durante la dominacion de los conquistadores, por lo que respecta a la condicion social de cada una de ellas i a las relaciones que mediaban entre ambas; réstame, para completar el cuadro que me propuse trazar, hacer algunas observaciones relativas a otras preocupaciones i a otras leyes no menos funestas que aquellas. Resaltan desde luego a la contemplacion, i con un carácter demasiado notable, las que mantuvieron aprisionada la industria nacional, sujetándola a restricciones que no solo prueban el atraso en que a causa de su ignorancia se hallaba la metrópoli, aun para conocer sus mas sencillos intere

Repúblicas en que aun conservan algunas de sus antiguas apariencias las familias antiguas, i lo que llamé clase media en 1844 llegará a ser la poblacion industrial i acomodada, que coexistirá con la poblacion proletaria, bajo el amparo de la misma lei i con el goce de unos mismos derechos. Las diferencias sociales i los vicios que daban toda su verdad a las consideraciones de este capítulo en 1844, no son hoi, despues de 25 años, tan notables, prueba indudable de un progreso que me complazco en reconocer i que yo no esperaba tan pronto.

MISC. H. I L.

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ses, sino tambien la cruel i pérfida intencion de comprimir todo desarrollo, todo movimiento en la industria americana, para mantener a los colonos en perpetua inercia i completa ceguedad sobre los elementos de poder que la naturaleza les brindaba. A esto estaba reducida toda la sabiduría, toda la prevision de la corte.

Basta un lijero conocimiento de la historia de España para hacerse cargo de las causas que prepararon i consumaron el establecimiento industrial en que aquella preciosa porcion de la Europa se ha visto hasta nuestros dias. Precisamente era a la época de la formacion de nuestro pueblo cuando habian tomado todo su vigor en la Península las preocupaciones que condenaban la industria a marchar con las infinitas trabas que le imponian la ignorancia i ciega avaricia del trono por una parte, i la intolerancia funesta de la Inquisicion por otra, contra todo progreso científico o artístico que no fuese calificado de español i católico por los teólogos i canonistas. Los únicos empleos gloriosos i dignos de los hombres bien nacidos i de los que aspiraban a ennoblecerse estaban en las armas, en el sacerdocio i hasta cierto punto en las condecoraciones universitarias: pero él comercio, las artes i aun la agricultura se relegaban a la última clase de la sociedad, sobre la cual se descargaban desapiadadamente el orgullo i el interes de la nobleza.

Las costumbres que naturalmente debian proceder de tan retrógadas preocupaciones se encarnaron en nuestra sociedad, produciendo los mismos resultados que en la metrópoli, pero en grado superior, por cuanto nuestros hábitos industriales tuvieron su oríjen i

se desarrollaron bajo la influencia esclusiva de tales. preocupaciones.

Procediendo las leyes en consonancia con las costumbres i encaminándose al fin que la corte se proponia en la organizacion i mantenimiento de sus colonias, vinieron luego a sancionar con su augusta aprobacion tan monstruosas aberraciones. La España se reservó el esclusivo monopolio del comercio colonial de una manera tan torpe, que no solo prohibia bajo la pena capital toda comunicacion con los estranjeros, sino que ademas impedia a sus nacionales toda especulacion i comunicacion con la América, mientras no se hicieran bajo la inspeccion de la Casa de contratacion de las Indias, i precisamente en las dos únicas flotas que zarpaban anualmente de los puertos de la Península. I, con el fin de asegurarse el espendio de sus producciones, imponia severas penas a los colonos que intentasen fabricar o cultivar otros artículos que los de primera i precisa necesidad que no podia ella suministrarles. (1) Curioso es i aun sorprendente el observar en el código de Indias las multiplicadas resoluciones con que se reglamentaba el comercio

(1) Es digna de un especial estudio, en concepto nuestro, esta faz de la historia del coloniaje que solo ahora comienza a preocupar a los historiadores nacionales. No creemos nosotros que la independencia de Chile haya estado tan inmediatamente vinculada, como la de Buenos Aires, por ejemplo, a causas económicas, (segun lo ha desmotrado con no poca profundidad de observacion el jeneral Mitre, en su Historia de Belgrano) pues aquella era una comunidad esencialmente mercantil, mientras que la condicion de los colonos chilenos podia considerarse como esclusivamente agrícola. Sin embargo, la influencia del mal sistema económico de la España (el mismo que hoi prevalece en Cuba) era jeneral en todas las colonias, como lo prueba en la nuestra el vasto contrabando que se hacia en las costas

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