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Durante el final del siglo XVIII se modificó un tanto el sistema, enviándose un personal mas escojido a la administracion americana, i dando en él cabida a personalidades mas aptas, junto con permitir el acceso a los empleos a cierto reducido número de criollos.

Los europeos en Chile gozaban de un prestijio considerable, formando algo como una capa social superior en la colonia. Aun cuando eran, por lo jeneral, de linaje oscuro, alternaban con la mejor sociedad i constituian el núcleo dominante. La soberbia i el desden que solian manifestar a los naturales del pais hacia jerminar en éstos un sentimiento de encono i de recelo secreto que debia contribuir, como factor psicolójico de importancia, a la emancipacion de la Colonia.

Al lado de los españoles de nacimiento, existia en nuestro pais, como en los demas americanos, la clase de los criollos, hijos o descendientes de raza pura española, cuyo número se hacia pasar de ciento cincuenta mil en los primeros años del siglo XIX. Provenian, en su mayor parte, de familias comerciantes de las provincias vascongadas i del Norte de la Península, compuestas de hombres de trabajo, de enerjia i de esfuerzo. No pocos de esos emigrados eran de orijen hidalgo, de educacion esmerada i de costumbres sobrias. En su espíritu predominaban las condiciones de enerjía i de accion sobre las facultades imajinativas. De aquí debian derivarse muchas de las condiciones morales de la raza gobernante.

Existian entre los criollos jerarquías sociales marcadas, debidas al lustre del nacimiento; a la fortuna, pues muchos de ellos fueron grandes propietarios i mineros enriquecidos; i por último, a las posiciones ocupadas por sus antecesores. Se tenía en mucho el valor nobiliario de las familias i de los orijenes. Los matrimonios tomaban cuidadosamente en cuenta los antecedentes de familia, ántes que los personales i de trabajo. Aun cuando en el pais solo existian pocos títulos de Castilla, adquiridos, casi todos, por compra, se crearon numerosos mayorazgos, i se fué organizando, poco a poco, una clase social superior, cerrada casi por completo a los elementos democráticos. Las preocupaciones llegaban hasta el punto de que se considerase como una mancha,

para la familia entera, la alianza contraida por uno de sus miem bros con personas de linaje inferior.

Cualquiera persona, hábil para testar i para contratar, podia fundar mayorazgos o vínculos que concentraban la fortuna, man. teniéndola en determinadas personas, i sustrayendo los bienes al movimiento de progreso agrícola. El sistema de inquilinaje, o de labradores que vivian en las tierras del patron, en habitaciones concedidas por éste, i con el deber de trabajo obligatorio en beneficio de la hacienda, mediante un estipendio insignificante, contribuyó a desarrollar i mantener en Chile el espíritu de casta entre las clases superiores. Por otra parte, los estudios i conocimientos adquiridos durante la colonia, daban a los criollos una considerable superioridad intelectual sobre los elementos puramente españoles, si se considera que estos últimos vivian entregados esclusivamente al comercio. Su prestijio, la conciencia de su superioridad moral, establecia entre ellos i los miembros de la administracion i sociedad española, una rivalidad creciente.

En la clase criolla existia un amor ardiente al suelo de la patria, unido a la creencia de que el pais no era superado por ningun otro en riqueza, en fertilidad, en hermosura, ni en progreso. La falta de comunicaciones i de viajes tendia a mantener, junto con las preocupaciones esclusivistas de casta, la creencia en las condiciones superiores del pais. Los escritores i los hombres de mas elevada condicion abundaban en este pensamiento. De aquí la tendencia oculta en algunos espíritus a la emancipacion de la metrópoli. Con todo, en la inmensa mayoría de la vieja sociedad española i criolla, el mismo espíritu de casta habia desarrollado una devocion exajerada de lealtad a la persona del monarca. Debian nacer de aquí las dificultades considerables del movimiento revolucionario en Chile. Mas tarde, al proclamarse la independencia, las familias mas importantes debian considerar con recelo el movimiento de separacion de la metrópoli. Este mismo espíritu esclusivista debia mantener al pais, durante un siglo despues de la independencia, amarrado a sus moldes de gobierno aristocrático.

El trabajo de esfuerzo muscular, las artes manuales, el labo

reo de las minas, eran ejecutados por la masa de la poblacion, llamada mestiza, producto de la mezcla del español con los indíjenas. El indio, solo existia en número insignificante en nuestra colonia. El peon chileno poseia vigorosas cualidades, como resultado de la mezcla de ambas razas. Fuerte, resistente para el trabajo, robusto i capaz al mismo tiempo, de las mayo. res privaciones i fatigas, es aficionado a la embriaguez, a menudo dado al robo, aficionado a las riñas. Dotado de la supersticion en que lo sumian su ignorancia i la herencia de preocupaciones españolas, tiene la valentía i el empuje del indio araucano. La falta de industrias en la colonia entregaba al indíjena a los trabajos de la agricultura, dándose, en muchas partes, al inquilinaje. Al mismo tiempo, una masa considerable del pueblo llevaba, sin duda por tributo de herencia, una existencia nómada, que aun hoi dia se mantiene. Grupos numerosos de rotos, viajaban de un fundo a otro para ejecutar los trabajos agrícolas. Con los ferrocarriles de los últimos años, ese movimiento de poblacion flotante ha sufrido un considerable aumento. La naturaleza aventurera del roto queda en claro con el solo hecho de que pase de cien mil el número de habitantes chilenos, que recorren la costa del Pacífico, trabajando unas veces en los ferrocarriles del Perú, en las minas, o en los trabajos de Panamá. En el último período colonial se diseñaban esas tendencias.

10. LA INDEPENDENCIA. FACTORES JENERALES. SUS CAUSAS MEDIATAS E INMEDIATAS

La crítica histórica ha pretendido dar a la administracion i al gobierno de España, en sus colonias, un carácter opresor i tiránico, fermento oculto del cual habia de brotar la independencia. El hecho no es exacto, en la forma en que ha sido pre. sentado España dió a sus colonias el gobierno, la sangre, las leyes i las costumbres de su propia nacionalidad. No podia darles mas de lo que ella misma poseia. Si se critica el espíritu restrictivo i opresor de su administracion colonial, ha de tomarse en cuenta que en la metrópoli dominaban las mismas ideas, las mismas costumbres, e idéntico sistema de gobierno. La de

cadencia de la madre patria, el fanatismo que se infiltraba en sus clases sociales, la falta de cultura jeneral, el desgobierno producido por el despotismo dejenerado de los sucesores de Cárlos Vi de Felipe II, con las ideas de Cárlos II, i de sus desgraciados continuadores, arrojaron su proyeccion histórica sobre las colonias españolas de América. Con razon ha observado un escritor eminente, que las colonias, fuente de progreso para otros paises, fueron para España una causa de despoblacion i de atraso. No se percibia ni vida industrial, ni riqueza, sino en los emporios del comercio encaminado a América. El desgobierno de España no fué, como se ha dicho, una tiranía ensañada i feṛoz. La sangre, las torturas i los suplicios no fueron contemplados en América, ni se vió al conde Egmont con las persecuciones de Flandes. Veíase, tan solo, un despotismo estrecho, sin plånes políticos ni conceptos económicos, encadenando las artes i el pensamiento, imponiendo trabas i privaciones. Así en España como en América. El despotismo de los emperadores de Roma, decia don Andres Bello, fué el tipo del gobierno español en América. La misma benignidad ineficaz de la autoridad suprema, la misma arbitrariedad pretorial, la misma divinizacion de los derechos del trono, la misma indiferencia a la industria, la misma ignorancia de los grandes principios que vivifican i fecundan las asociaciones humanas, la misma organizacion judicial, los mismos privilejios fiscales. Mas aun, las diferencias, tendian a dar garantías de buen gobierno a las colonias. Colocadas bajo el mando de un jefe, capitan jeneral, presidente o gobernador, existian Reales Audiencias i Tribunales de Hacienda que mutuamente se fiscalizaban i ponderaban. La Real Audiencia juzgaba en última instancia todas las causas civiles i criminales de importancia. Componíanla un rejente, un fiscal, un protector de indios i varios oidores. Establecido en 1567, ese tribunal tuvo tambien mando político i militar en muchas ocasiones. Suprimido en 1575, fué restablecido nuevamente a principios del siglo XVII. Pero a mas de estas semejanzas odiosas, hai otras de diverso carácter. La mision civilizadora ejercida por Roma en el mundo antiguo, tocó en herencia a España en el nuevo. En tanto que

en el antiguo, la accion romana se limitó a una compenetracion de razas, de idiomas i de espíritus, que no diferian entre sí de manera sustancial, en América penetró mas hondamente la accion española, no ya limitándose a meras modificaciones, sino realizando verdaderas obras de creacion social. Las razas indíjenas en Chile se van perdiendo por completo, fundidas en el tipo español, sin dejar huella esterna i visible de su fisonomía propia.

Al estallar el movimiento revolucionario de la independencia americana, luchaban dos tendencias políticas, dos aspiraciones al imperio i a la soberanía, española, una, chilena la otra; dos tipos diversos de civilizacion que mutuamente buscaban su esterminio.

Si se atiende a los oríjenes de la revolucion americana, se verá que no brotó espontáneamente del corazon mismo del pais, como una aspiracion irresistible, como el desarrollo completo de una evolucion entera, sino de hechos esteriores i acci. dentales, como la invasion de los franceses. Para desarrollarse en forma espontánea hubiera necesitado quizas un siglo mas. La revolucion de las colonias inglesas de Norte-América obedeció, en su esencia misma, a un movimiento de desarrollo i de evolucion interior precipitado por las arbitrariedades de la administracion inglesa, i la conciencia nacional americana formaba en ese movimiento el principal factor. No pasaba lo propio en las naciones de orijen hispano-americano. Sin duda es menester tomar en cuenta factores psicolójicos reales que empujaron i sostuvieron en la América latina el movimiento`revolucionario, pero es menester admitir que tuvieron caractéres políticos antes que sociales.

La diferencia de clases, las rivalidades de criollos i de chapetones o españoles; el cansancio de una mala administracion económica; las aspiraciones políticas despertadas por la revolucion norte-americana del siglo XVIII; las ideas de los enciclopedistas, i la propaganda liberal entre ciertos hombres adelantados a su tiempo, fueron, sin duda, factores en el movimiento de emancipacion, pero su influencia era secundaria. La resistencia en el Rio de la Plata contra la invasion inglesa, habia

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