Imágenes de páginas
PDF
EPUB

revelado su propia fuerza a los colonos. Mas no existia en el espíritu popular esa conciencia nacional imperiosa que empuja a la formacion de nuevas nacionalidades.

La invasion de la península por los ejércitos de Napoleon 1, en 1808, fué el acontecimiento de trascendental importancia que vino a señalar el momento en que las colonias se dieran un gobierno propio. Ocupada militarmente España por las armas francesas, prisioneros Cárlos IV i Fernando VII, se levantaron en admirable movimiento nacional las distintas rejiones ibéricas, sin voz de órden i sin concierto previo.

La invasion de la Península i los graves acontecimientos en ella desarrollados, produjeron su efecto en la colonia de Chile. El Gobernador Carrasco solicitó el ausilio de los nacionales, i accedió al ensanche del Cabildo de Santiago, nombrándose, para que lo completaran, doce vecinos entre los mas prestijiosos. Desde que las provincias españolas invadidas, se rejian por su propia cuenta, i se alzaban por un sentimiento nacional, en contra de José Bonaparte, era natural que las colonias hicieran otro tanto. El Consejo de Castilla, en comunicaniones de 18 de setiembre de 1808, anunciaba a Chile el levantamiento jeneral de la Península contra el rei, impuesto por las armas francesas al mismo tiempo que la victoria de Bailen, i el triunfo alcanzado sobre los sitiadores de Zaragoza. Mas, el deseo de tener un gobierno propio, de poseer autonomía, crecia por instantes en las colonias; espíritus avanzados, como don Juan Martinez de Rozas, lleno de ideas de libertad, i de anhelos enjendrados en la revolucion francesa i en la independencia norte-americana, encendian los espíritus i propagaban secretamente el fuego revolucionario. Uno de los emisarios de la Junta Central de España, Molina, se daba cuenta de la situacion en estos términos: "En varias partes de este continente, decia en su informe a la Junta Central, se advierte una especie de combustion que pu diera hacer temer un incendio universal, si vasallos ménos leales, poblasen los dominios australes americanos de V. M., o lo que es mas cierto, si la providencia divina, que firmemente vela en su conservacion, no burlase las maquinaciones de los hombies perversos que cunden por esta rejion, procedidos, los mas,

de Buenos Aires, donde puede asegurarse que los franceses tenian como fijado su domicilio.n

El mismo espíritu de fidelidad al monarca español, contribuiria a dar fuerza al sentimiento entusiasta que debia pronto encarnarse en la independencia. La lealtad obligaba a los colonos a negar su obediencia al usurpador frances. Era, de consiguiente, necesario darse gobierno propio. Los espíritus mas avanzados, los que daban el impulso i direccion al movimiento sostenian no solamente la necesidad de resistir al soberano

impuesto por las armas francesas, sino que tambien las colonias, a imitacion de las provincias españolas, debian darse un gobierno propio. El movimiento de independencia asumia, en un principio, el carácter de aspiracion autonomista. La revolucion de Chile debia realizarse en nombre del rei Fernando VII, i con fórmula aparentemente conservadora.

Algunas medidas imprudentes de las autoridades españolas, en particular la prision arbitraria de prestijiosos vecinos, precipitó en Chile el movimiento revolucionario que se inició abiertamente con la deposicion del gobernador español Carrasco i la organizacion de una Junta de Gobierno nacional.

Desde ese instante debia continuar avanzando el movimiento hasta empeñar la lucha armada con las autoridades de la Península. Como todas las guerras de la independencia española, hubo en la nuestra una alternativa de victorias i desastres, consagrándose por fin la independencia despues de los tiempos gloriosos de Chacabuco i de Maipo, i consolidándose junto con toda la independencia americana, mediante la espedicion libertadora del Perú, organizada en Chile con los míseros recursos de un pais empobrecido por la guerra i con los obtenidos por el primer empréstito chileno en Londres.

Mas, durante la guerra de la independencia chilena se vió cuán hondas raices tenia en las familias acomodadas del pais i en la vieja aristocracia conservadora, el antiguo réjimen español. Las dificultades formidables halladas por el movimiento revolucionario en Chile procedieron ántes que de la Península misma, del apoyo que encontraba en las familias aristocráticas adictas al órden colonial. Las corrientes de libertad i las de

independencia, aun cuando al principio marcharon juntas, no eran idénticas. "Cayó, dice Lastarria, el despotismo de los reyes, i quedó en pié i con todo su vigor el despotismo del pasado, porque así debió suceder en, fuerza de los antecedentes. Los padres de la patria i los guerreros de la independencia obraron en la esfera de su poder...... i al disiparse con el humo de la última victoria el imperio del despotismo, el cañon de Chiloé anunció al mundo que estaba terminada la revolucion de la independencia política i principiaba la guerra contra el poderoso espíritu que el sistema colonial inspiró a nuestra sociedad.

II. EL PERÍODO DE TRANSICION. LOS PARTIDOS POLÍTICOS. ENSAYOS DE CONSTITUCION.

No se puede llegar al triunfo definitivo, en una guerra de emancipacion, sin recurrir a la concentracion del poder público en un hombre. De aquí la situacion al parecer contradictoria en que se hallaron, tanto Bolívar en el norte del continente, como O'Higgins en el sur. La parte mas avanzada de la sociedad, que habia empujado el movimiento revolucionario, debia combatir lo que llamó entonces la dictadura. Los espíritus un tanto utopistas i quiméricos de Chile, junto con la emancipacion i la independencia política, creian tambien posible establecer la libertad i el gobierno representativo en un pais ignorante, sin escuelas, sin industrias, sin prensa, sin literatura i sin ciencia, recien salido de la colonia, i situado en el rincon mas apartado del universo. Ni siquiera la posibilidad de un contacto frecuente con el mundo civilizado podia dar base i resistencia a ese sistema que no habian alcanzado a implantar, por cierto, los paises del antiguo continente.

La transicion de un sistema de gobierno al otro, habia sido demasiado brusca. Durante la colonia, existia el gobierno absolutamente centralizado i autoritario del sistema español. Un Presidente, Gobernador i Capitan Jeneral del reino, designado por el soberano, representaba el poder real. Dependiente de éste o del virrei del Perú era el jefe del ejército de la colonia i por

lo tanto los grandes oficiales titulados el maestre de campo, el sarjento mayor i el comisario; mandaba de igual modo a los gobernadores militares de Valparaiso, Valdivia, Chiloé i Juan Fernández. En su carácter de gobernador supremo era tambien el jefe de las provincias, cuyos gobernadores dependian de él, de igual modo que los cabildos o corporaciones locales compuestas de rejidores perpétuos, a cuya cabeza se encontraban los alcaldes i majistrados locales, elejidos por el cabildo entre las personas de mayor distincion en la localidad. Los poderes públicos ejecutivo i judicial se mezclaban en el réjimen de administracion colonial, tocando al gobernador el presidir los tribunales de la Real Audiencia, encargados de atender a la segunda instancia de las causas. Componíase el tribunal mencionado de un rejente, un fiscal o procurador del rei, un protector de indios i varios oidores, todos de nombramiento real, por lo cual era raro que los americanos i criollos formasen parte de él. Presidia tambien el gobernador los tribunales de Hacienda, de Cruzadas, de Tierras vacantes i de Comercio. La administracion entera, la justicia, los servicios militares i locales se encontraban propiamente bajo la presion de una sola mano que recibia las órdenes e inspiraciones de la Corte.

Partiendo de este sistema, i por una transicion brusca, se quiso implantar en la colonia el de representacion popular. Al principio el movimiento debia ejecutarse en el sentido de una transformacion en gobierno oligárquico. Establecidas las Juntas de Gobierno propias i nacionales, tanto en Buenos Aires como en Méjico, a consecuencia de la invasion francesa en 1808, el Cabildo de Santiago, apoyado por algunos de los mas acauda. lados vecinos, i contra el parecer de la Real Audiencia, obtuvo del presidente que se formara en Chile, a su turno, una junta nacional de gobierno, encargada de conservar los derechos del rei, durante su cautiverio. Esta Junta, compuesta de siete individuos, elejidos por los vecinos de Santiago, ejerce la autoridad que correspondia al presidente, se adueña del Poder Ejecutivo i transforma al gobierno de centralizacion española en gobierno de oligarquía patriótica.

El 15 de diciembre de 1810, la Junta Gobernante convocaba

a las provincias a elecciones para un Congreso del Reino. Se entraba, de lleno, i sin preparacion alguna, en el sistema representativo. Instalado el nuevo Congreso en marzo de 1811, la Junta entregó el mando a un directorio de tres individuos, designados por el Congreso para asumir el mando. Se nota en esto la influencia de las ideas francesas, i del sistema del directorio i consulado, patrocinados por Egaña i por el círculo avanzado del movimiento. Con todo, ni siquiera se atendia al principio de la separacion de los pobres, en aquellos primeros tiempos, hallándose confundidas en el Congreso las facultades lejislativas, con el conocimiento de causas pendientes ante los tribunales.

Tan mal cimentado se hallaba el nuevo sistema, en las costumbres i en el espíritu del pais, que el 16 de noviembre de aquel año mas de trescientas personas se presentaban pidiendo el restablecimiento del gobierno colonial; para que se avalore la importancia de esta manifestacion pública, bastará con recordar el hecho de que a las elecciones lejislativas de Santiago, solo habian concurrido quinientos electores. El 2 de diciembre, las tropas de la guarnicion de Santiago presentaban una peticion escrita, i disolvian el Congreso, creando una Junta Gubernativa de tres miembros, provistos de autoridad omnímoda.

La revolucion de la independencia fué llevada a cabo en medio de las acciones i reacciones encontradas de una doble corriente social. No pocas de las familias aristocráticas i acaudaladas de la antigua colonia mantuvieron su adhesion al réjimen español, al cual deseaban continuar adheridas, i a su soberano, en tanto que unos cuantos hombres de ideas avanzadas empujaban a la parte pasiva de esa misma oligarquía en el sentido de un movimiento separatista e independiente.

De aquí las dificultades provocadas en la revolucion de la in dependencia chilena, de parte de la misma sociedad de la colonia.

Ya en el Congreso de 1811 comenzaron a diseñarse los partidos que han de encarnar mas tarde las tendencias conservadoras i las libertades progresistas. Imbuíanse los primeros en un amor invencible a las costumbres i tradiciones, al espíritu

« AnteriorContinuar »