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tos tratatados para comerciar con las posesiones inglesas de la Nueva Holanda».

¿Por qué se teme hoy todavía que la cláusula de nación favorecida pueda cerrarnos el camino para decretar el monopolio del comercio de cabotaje, si queremos, sin que ninguna potencia tenga derecho de reclamar por ello?

Las relaciones de comercio y de la navegación de algún país con Chile sobre la base de la nación más favorecida, importa únicamente el compromiso de no conceder á otra nación privilegios que Chile acordare á alguna otra potencia; es comprometerse á no poner trabas ni gravámenes sobre la navegación con ese país, que Chile no impusiese, igualmente, á todos los otros países con los cuales entretenga relaciones comerciales.

La ley de la igualdad es el régimen entre naciones. Si queremos ayudar nuestra Marina nacional, si queremos hacer de nuestras costas un comercio marítimo chileno, sólamente, hagámoslo sin vacilaciones.

Con justísima razón, pues, nuestro inteligente hombre de estado don Luis Aldunate, en un documento que tengo á la vista se expresa en estos términos respecto del informe recaído sobre el tratado italo-chileno en la parte referente al comercio de cabotaje.

<<Nos permitimos, en consecuencia, disentir de la respeta ble opinión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Se

nado. La eventualidad de que Italia pretendiera atribuírse, á título de nación más favorecida, el derecho de romper el monopolio del comercio de cabotaje que Chile pudiese reservar en el futuro á sus naves, no cabría como derivación de la cláusula de que se trata. Esa cláusula sólo confiere de recho á los países que la estipulan á gozar de las franquicias ó de los favores que se otorgasen por cualquiera de sus signatarios á otro Estado «tercero», pero de ninguna manera á las facultades privativas que el derecho público ó la legislación de cada país quiera constituír en monopolio de de los reignícolas.»>

El señor Aldunate estaba de acuerdo con todos los Tratados y tratadistas de Derecho Internacionai. Era uno de ellos.

Los veleros han disminuído más y más, los vapores nacionales no aumentan en la proporción de entonces; pero, en fin, estamos tratando siempre de <reservarles» el comercio de cabotaje.

En 1844 ya se pensaba en él; perseveremos en pensar.

Colbert, al reservar el cabotaje para los buques franceses, tuvo en vista la protección del comercio francés, la protección de los astilleros, de los arsenales marítimos y la preparación de las marinerías para tripular la flota de guerra, con gente acostumbrada á la navegación y á las maniobras navales.

Todos nuestros Tratados hacen reservas para ese evento, que ojalá sea pronto materia de estudio y de resolución digna de la magnitud de nuestras dilatadas costas.

SIR WALTER RALEIGH Y LA INTRODUCCION
DE LAS PAPAS O PATATAS EN EUROPA

Don José Bernardo Suárez, uno de nuestros más distinguidos educacionistas, ha insinuado la idea de que el Congreso Pan-Americano que se reunirá aquí en diciembre próximo nos diga si las patatas (vulgo papas) fueron llevadas á la Europa por Sir Walter Raleigh y si son originarias de Chile.

Antes de enumerar los antecedentes de este punto es útil dejar en claro: 1.o, que en Chile se llama papas á las patatas y camotes á las batatas; 2.o, que por patata se entiende una planta de tallos triangu lares, lampiños, hojas peludas y arrugadas y de flores pequeñas y blancas; y 3.o, que se llama batata (voz importada de Haytí) la que tiene el tallo rastrero y ramoso y flores color encarnado en forma de campanillas; sabor dulce. Como se ve, son plantas diferentes.

¿Quién introdujo la patata en Europa, Sir Walter Raleigh, Mr. Charles Lécluse (Clusium, en latín) ó los españoles? La patata fué llevada de la América del Sur ó de Virginia (Estados Unidos de América)? -Estos son los puntos capitales.

Aquel célebre marino y hombre de estado inglés, que no llegó al Pacífico, fué entusiasta y eficazmente secundado por la Reina Isabel, de la cual era un favorito, para que explorase y colonizara tierras desconocidas, y en 1554 partió á la América boreal y tentó de sentar sus reales en Virginia.

En otro viaje (1595) volvió á las bocas del Orinoco en busca de «El Dorado»; y, como uno de los resultados de estas expediciones se dice: «Walter Raleigh en 1584, introdujo la patata en Munster». (Inglaterra).

La patata, según el Century Dictionary» de respetable autoridad, «es originaria de los Andes, particularmente de la sección de Chile y Perú y en la parte norte llega hasta Nuevo Méjico. Pro<bablemente fué introducida en Europa por los es

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pañoles, trayéndola de Quito, á mediados del siglo XVI; y en 1586 fué llevada á Inglaterra ‹ desde Virginia á donde llegó, posiblemente, de fuentes españolas».

A Mr. Charles Lécluse ó Léclusse (Clusius) el célebre botánico francés que falleció en 1609, le atribuyen algunos autores de Francia la introducción de la patata en Europa. Lécluse, que tampoco vino

á estos mares, fué catedrático de botánica en Alemania y Viena y escribió varios libros sobre este particular.

Todos ellos están de acuerdo en que la patata es originaria de los Andes de Chile y Perú; que hizo su aparición en Europa allá por el año de 1534. «Fué en España, dice Larrousse, donde primero fué introducida, cultivándola solamente como una planta curiosa.---De allí fué enviada á Austria en 1588 al sabio botánico Clusius que la repartió en Alemania, de donde pasó á la Suiza y á la región del E. de la Francia. Casi en esta misma época (1588) fué introducida en Inglaterra y en 1620 en Béljica».

Los autores ingleses dicen que Sir Walter la llevó á Munster en 1584-86, es decir, dos años ó cuatro antes que fuesen enviadas al botánico Lécluse en Austria.

Registrando autores españoles encuentro datos muy interesantes que confirman ampliamente las informaciones anteriores respecto al origen de la patata llevada á Europa.

No ya de Quito sino «en uno de los valles situados no lejos del Cuzco, dice el historiador Acosta, residencia de los antiguos Reyes del Perú, fué de donde, allá por el siglo XVI encontraron los españoles este precioso tubérculo; la temperatura en aquel país es tan fría y tan seca que ni el maíz, ni aún los trigos pueden crecer; pero estos cereales son reemplazados por unas raíces que se llaman pa

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