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EL SALITRE Y EL CARBÓN DE PIEDRA COMO

CONTRABANDO DE GUERRA

El artículo 18 del Tratado de Comercio y Navegación entre Chile y Francia (1846) enumera el salitre entre los artículos reputados de contrabando de guerra en caso de conflicto entre ambas naciones. ΕΙ

El reglamento prusiano de presas (1864) señala igualmente el salitre entre los artículos que declara de contrabando en idéntico caso.

Análoga calificación contienen las instrucciones que Francia impartió á su marina el año 1854, al declarar la guerra á la Turquía.

Para determinar qué importancia tienen esas declaraciones y restricciones, basta precisar el significado de la palabra salitre que emplean aquellos pactos y declaraciones internacionales.

Muchas gentes han creído que la palabra salitre es equivalente de nitrato de soda y que por tal mo

tivo había un peligro en tiempo de guerra para nuestro intercambio libre de ese producto. 14

La palabra salitre, empleada en aquellos documentos oficiales, es equivalente de nitrato de potasa, que es el reactivo adecuado para la fabricación industrial, en grande escala, de la pólvora de guerra y, como tal, susceptible de contrabando en caso de conflicto internacional, según muchos.

Salitre, dice el Diccionario de la Academia Espapañola, significa nitro, ó sea, «sal compuesta de ácido nítrico y de potasios.

Salpêtre, en francés, se traduce por «nitrate de potasse».-Salpeter, en inglés, también equivale á nitrato de potasio y finalmente, su etimolojía latina lo indica con precisión: Sal-petrae, azotate de potasium.

En Inglaterra à nadie se le ocurrirá decir "the anglo-chilean saltpeter Railway", sino «the anglo

14. Una publicación científica reciente, la «Revista Minera, Industrial y Financiera de París» (agosto 6, 1908; confirma lo anteriormente expresado y, aludiendo á los depósitos chilenos de nitrato de soda dice:

Esos yacimientos se denominan «calicheras» del nombre que en Chile han dado á la materia que allí se explota--caliche- y son constituídos por depósitos de nitrato de soda; en cuanto al nitrato de potasa, es conocido desde mucho tiempo antes bajo el nombre de salitre salpetre), puesto que Marcos Groecus y los autores árabes tratan de sus propiedades particulares:» y agrega:

<Los antiguos conocían bien un «nitro:» pero esa sal era sólo un sesqui-carbonato de soda, llamado eniter ó natron, de suerte que el nombre de nitro dado algunas veces al salitre, tiene un origen absolutamente erróneo».

chilean nitrate Railway».-Nitrate indica nitrato de soda ó vulgo salitre de Chile, y saltpeter significa nitrato de potasa.

Si en el hablar diario sobre estos productos con extranjeros no habituados á este empleo irregular de la palabra salitre, como sinónimo de nitrato de soda se presta á lamentables confusiones perjudiciales para la propaganda de nuestro abono, es indudable que, en caso de conflictos bélicos puede también, ser embarazoso para los comandantes de buques de guerra no bien impuestos de esta confusión al encontrar, entre los papeles del buque visitado ó detenido, un conocimiento de embarque que diga salitre, pues en muchos casos traducirán esa palabra salpêtre ó salpeter, como su equivalente, primae facie, siendo que su significación es absolutamente diversa.

La palabra salitre empleada en los tratados y declaraciones de Cancillerías equivale á nitrato de potasio, sustancia de gran consumo en la fabricación de pólvora de guerra, y en manera alguna se refiere al nitrato de soda, vulgo salitre chileno, que exportamos como abono. Es lamentable que esta confusión se halle consagrada en nuestro lenguaje jurídico.

En cuanto al carbón de piedra, revisados cuidadosamente los Tratados celebrados por Chile y declaraciones de gobiernos extranjeros, no encuentro que en algunos de ellos aparezca ese combustible

enumerado entre los artículos clasificados, uniformemente, como contrabando de guerra; y se comprende el silencio de los Gobiernos ó la prudencia de las Cancillerías para comprometerse en absoluto sobre el particular, pues, si bien se mira, el uso del carbón de piedra como artículo bélico es bien limitado si se tiene en vista sus múltiples aplicaciones en la paz, como generador de luz, de fuerza y de calor.

La declaración más reciente sobre este punto es la expresada por el Gobierno de S. M. Británica en el curso de la guerra hispano-americana. Consultado por los hulleros de Newport el Foreing Office, les contestó que «estaba encargado de hacer saber << que el carbón no es "per se" un artículo de contra<< bando de guerra; pero que, si estuviese destinado á la guerra y no á la industria, puede llegar á << serlo. En cuanto á saber si el carbón, en casos particulares, es ó no contrabando, debo decir que ello << deberá ser decidido por la corte de presas de la « nacionalidad del captor".

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La política de Chile sobre el particular parece que no ha sido perfectamente definida, acaso por efectos de la época ó de una errada inteligencia. 15 Durante la guerra de las Repúblicas aliadas contra España, en 1865, Chile, siguiendo el ejemplo del Perú,

15. Consúltese sobre este punto los casos invocados por don Oscar Viel C. en «La Guerra Marítima ante el Derecho Internacional» (Prácticas de Chile) 1899.-Santiago de Chile.

declaró que el carbón era contrabando de guerra y prohibió su exportación de sus minas siempre que fuese destinado á buques españoles, de lo cual protestó la España. Por la inversa, durante la guerra contra el Perú y Bolivia (1879-84) no enumeró el carbón entre los artículos de contrabando y, antes por el contrario, dijo que: «sin haber dictado previamente << una declaración pública que sirviera de advertencia << al comercio neutral sería peligroso que nuestra Escuadra procediera á capturar y perseguir las naves extranjeras que hacen el comercio del carbón, pues<to que ese artículo no es generalmente estimado co« mo contrabando de guerra, ni figura como tal en << los Tratados en que Chile ha definido lo que él con<sidera de lícito tráfico en el estado de guerra.»>

Aludo también al caso de la fragata de guerra francesa "Astrée" ocurrido en octubre de 1870, durante la guerra franco-prusiana, en circunstancias de que la "Astrée" embarcaba carbón para dirigirse á Montevideo.

«La Francia no ha clasificado el carbón de piedra entre los artículos de contrabando de guerra (decía el almirante francés al intendente Valparaíso, almirante don José A. Goñi, en nota publicada entonces) y yo ignoraba que lo apreciase de ese modo la República de Chile. Tan pronto como recibí el oficio de V. S. dí orden de cesar el embarque del combustible. Puede V. S. estar convencido, señor intendente, de que la marina francesa respeta y es

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