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CAPITULO XXII.

El obispo Villodres nombrado intendente de Concepcion.

Pareja marcha sobre Talca. O'Higgins se dirije al cerro de Bobadilla, y lleva la guarnicion al cuartel jeneral.- Un pequeño destacamento sorprende en Yerbas Buenas al ejército real, que lo rechaza y le hace retirarse precipitadamente. Los dos partidos cantan victoria. — El gobierno la celebra en Santiago. - Insurreccion en los buques la Perla y el Potrillo y entrega de dichos buques á los corsarios que bloqueaban el puerto de Valparaiso. — Pareja, muy enfermo, se decide á ir á atacar los patriotas en Talca. - Los Chilotes rehusan pasar el Maule, y resuelve regresar á Chillan.- Miguel Carrera le persigue. Desórden en la marcha de las tropas chilenas por las lluvias y la poca disciplina de los oficiales.- Acampan en el estero de Buli, de donde se envia un parlamentario á Pareja. Este sale de San Carlos y va á acampar cerca del rio Nuble, en donde tiene que atrincherarse.- Accion de San Carlos sin resultado alguno para los dos partidos.- El ejército real pasa el Nuble y su retaguardia es atacada por el teniente Molina, que la obliga á abandonar cuatro cañones y algunos bagajes. Pareja llega á Chillan. — Carrera va á acampar sobre el Nuble.

Pareja acababa de proclamar la constitucion de las Cortes y de tomar juramento de obediencia y fidelidad á todas las corporaciones civiles y militares de Concepcion; pero no satisfecho con esto, quiso anular todos los actos del gobierno intruso, dar nueva organizacion á las diferentes oficinas y no conservar mas que empleados con que podia contar en toda seguridad. Así quitó á muchos el empleo, reformó una parte del cabildo, mudó todos los gobernadores y forzó al intendente Benavente á dar su dimision, poniendo en su lugar al obispo Villodres, de jenio activo, resuelto y sobretodo apasionado por la monarquía española.

Este mismo Villodres fué encargado de verificar el estado moral de la administracion civil, y de proponer

las reformas que le pareciesen necesarias en ella, por hallarse Pareja esclusivamente ocupado en organizar el ejército para empezar á la mayor brevedad la campaña, y marchar sobre Santiago, en donde se proponia entrar con el solenne aparato de un triunfador. La desercion de las tropas de la patria que habian pasado con apresuramiento á su bandera, y el entusiasmo con que algu nos realistas de Concepcion le recibieron, habian hecho creer al presuntuoso jeneral haria una fácil conquista, y tuvo la imprudencia de comunicar á sus soldados la misma estraña ilusion.

Confiando así en un completo y pronto éxito, no le pareció necesario mantenerse por mas tiempo en la capital de la provincia y resolvió marchar sobre Talca para desalojar al enemigo y establecer allí sus propios cuarteles de invierno. Su ejército acababa de recibir el refuerzo de los granaderos de la frontera y de los dragones, y en seguida, de varios rejimientos montados de milicias que habian venido incorporársele de Rere, Arauco, los Anjeles y otras partes, con el cual ascendia aproximativamente á dos mil soldados viejos, contando doscientos artilleros con veinte y cinco piezas de campaña, y á cuatro mil milicianos montados, que mediante los bien provistos almacenes de Concepcion, pudieron ser completamente armados y equipados.

De estas fuerzas, Pareja formó tres divisiones que mandó salir con intérvalo de dias; la primera, mandada por Berganza, se puso en marcha el 8 de abril; la segunda, á las órdenes de Ballesteros, el 11, y la tercera el 14, todas en la direccion de Chillan, y luego, sobre Linares, en donde hicieron su juncion el 24 del mismo

mes.

Un poco antes de la llegada de estas colunas, O'Higgins se hallaba aun en las cercanías reuniendo las milicias, y en el Parral supo el movimiento de Pareja, en vista del cual juzgó oportuno retirarse haciendo diversion al enemigo para dar tiempo á Carrera de combinar sus movimientos segun sus intenciones y sus planes (1). Habiendo llegado así á Yerbas Buenas, su espíritu le sujirió el proyecto de atacar la vanguardia enemiga, compuesta de cuatrocientos hombres mandados por Elorreaga. La fuerza que él tenia era numéricamente algo superior, pero compuesta de milicianos en la mayor parte; solo tenia dos compañías de granaderos soldados viejos, que le habia enviado el jeneral en jefe, y cincuenta húsares de la gran guardia mandados por el capitan Francisco Cuevas. Su intencion era caer de repente sobre la vanguardia en el acto de pasar esta el rio Achihueno; pero prevenido por sus espías de que Elorreaga no se habia detenido en Linares, á donde habia llegado casi al mismo tiempo el ejército, O'Higgins se trasladó al Cerro de Bobadilla, que estaban fortificando para impedir el paso que lleva el mismo nombre. La fortificacion del Cerro, dirijida por el consul Poinsett, fué desaprobada por el cuartel maestre Mackenna, el cual demostró que en atencion á su distancia del paso, que era de mas de 1500 varas, y al corto alcance de las piezas que tenia, no podia llenar el objeto que se proponia. De este modo, Mackenna contribuyó á que se tomase la determinacion de hacer volver á pasar las tropas à la orilla norte del rio á fin de cubrir y defender la mayor parte de los pasos con tanta mas facilidad cuanto los muchos

(1) Convers. con O'Higgins.

paña mal montadas, y trasportadas, como tambien las municiones, en setenta carros y cuatrocientos acémilas (1).

La reunion de todas estas tropas, á las cuales se juntaron luego los rejimientos de milicias del Príncipe y de la Princesa de Santiago, y el de Maypu, componiendo un total de 1500 hombres, mandados por el coronel don Estanislao Portales; las de Cauquenes, que ascendian á 1800, á las órdenes del teniente coronel don Fernando de la Vega, enviado por su coronel don Juan de Dios Puga, y otras muchas, permitieron al jeneral en jefe clasificarlas segun su plan de campaña, y dividirlas en colunas compuestas la primera de « 200 granaderos de las milicias de Cauquenes y las partidas y piezas de campaña que tenia O'Higgins en Bobadilla. Esta se puso al mando del coronel don Luis Carrera.

La segunda la formaron el resto del batallon de granaderos, cuatro piezas de artillería y el rejimiento de Maypu, mandado por el brigadier don Juan José Carrera, y que se situó en Duao.

La tercera la formaban la gran guardia, la guardia jeneral, cuarto piezas de campaña y los rejimientos del Príncipe y Princesa á las inmediatas órdenes del jeneral en jefe, y acampó á una legua de distancia de la segunda (2).

Así, los tres hermanos Carrera se habian repartido el mando de todo el ejército, cometiendo un yerro muy grave, cual era el dar márjen á la reconvencion de egoismo á que habian dado ya lugar mas de una vez; cosa que necesariamente habia de despertar los anti

(1) Diario de Miguel Carrera.

(2) Diario de Miguel Carrera, y Memoria de José Miguel Benavente.

guos rencores que el peligro comun habia podido á gran pena apagar. Pero en aquel instante, todos estaban mas dispuestos á obrar que á pensar en rivalidades y zelos que podian desbaratar el plan de organizacion del ejército.

Mas no sucedió lo mismo en Santiago, en donde el espíritu de oposicion llegó á vencer la resistencia y apoderarse del gobierno.

Al marchar para el sur, Miguel Carrera habia dejado en su lugar, como miembro, á su hermano José, que tambien tuvo que dar su dimision para marchar á la cabeza de su batallon de granaderos. Por la ausencia de estos dos jefes y de sus tropas, el partido municipal, unido, como ya lo hemos dicho, al partido de Rosas, tomó cierto ascendiente en el senado y le dió á entender que en aquel crítico momento, era sumamente importante revestir el gobierno de toda la fuerza nacional, y que para eso se necesitaba lejitimarlo por medio de elecciones sino populares, que las circunstancias no permitian, á lo menos por la del senado, la cual, aunque en cierto modo fuere ilegal (pues ni aun tenia una soberanía de delegacion), podia sinembargo por la eleccion de sus miembros recibir la aprobacion universal de los buenos patriotas.

Esta eleccion tuvo lugar, en efecto, el 15 de abril, y el resultado del escrutinio fué favorable á los tres antiguos municipales Francisco Perez, Agustin Eizaguirre y José Miguel Infantes, los cuales entraron desde luego en ejercicio, remplazando los dos miembros que habian quedado, Portales y Prado, y que algunos dias despues pidieron licencia, uno por enfermedad, y otro por quehaceres urjentes.

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