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..(Reservado).

varias otras redacciones propuse yo para los artículos adicionales; nada mas pude obtener que lo que se hizo, porque esta es la condicion de los débiles.

En todo caso la aplicacion siempre habia de resentirse de la contradiccion de los intereses materiales y de la influencia política relativamente á la península entre Francia é Inglaterra; los intereses nuestros debian posponerse y en efecto se pospusieron por la Inglaterra cuando en el verano de 35 se pidió por la España la cooperacion á la Francia, y le fué negada; pospusiéronse constantemente despues por la Francia, desde que variada la direccion de su política en los años de 35, 36, 37 y 38 debió ver intereses ventajosos en tratar de reunirse á una línea política, de la que tan distante estaba el gabinete francés en abril de 1834, cuando el tratado de la cuadruple alianza se firmó

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Por claras y evidentes que aparezcan las condiciones de un tratado, nunca faltan pretestos ni argucias para que las eluda y terjiverse el interés privado de alguno de los contrayentes. Si este es mas poderoso, triunfará su interpretacion y hará que sus negocios prevalezcan en perjuicio de los agenos.

Y si esto hacen nuestros aliados, ¿qué harán los enemigos? Susceptibles y asustadizos en todo lo que haga relacion á lo que llaman revolucion, propaganda, etc., etc., donde la vislumbran, allí la combaten; he aquí porque apoyan á D. Cárlos con preferencia á la Reina. El dia que viesen de nuestro lado un sistema de reconstruccion y empezasen á perder la esperanza de éxito de la causa carlista, para mí no es dudoso que la abandonarian, y aunque nos reconocerian y apoyarian con tanto calor como apoyan la monarquía de julio á la que miraban con encarnizada aversion, muy superior á la que puede inspirarles la inocente hija de Fernando. Los últimos sucesos en el cuartel general del Pretendiente pueden contribuir á un cambio de miras en los planes de sus antiguos protectores.

a

a

Cada siglo ha tenido y tiene condiciones especiales, y sin ellas y fuera de ellas es difícil ó imposible conseguir nada; las del siglo presente son: 1. el dinero, 2. la paz, 3. los términos medios: en rélos intereses materiales han dominado y dominan cada dia mas sobre los intereses políticos. En tal caso ¿qué debemos esperar de la Europa hoy? Cuando estas mismas condiciones del siglo de

sumen,

que

he hablado han hecho abandonar á Ancona, han terminado ó estan para terminar la cuestion Holando-Belga, y prolongarán, si pueden, por largos años el statu quo en la cuestion de Oriente, siendo la sola pendiente de solucion la nuestra, ¿esperarémos que la Europa la tome en consideracion, y la resuelva con su brazo omnipotente?

Harto ligero seria el que pronunciase una opinion que fuera prematura, sobre todo sin saber cual de las dos políticas que se disputan el triunfo en el campo electoral de Francia, obtiene la victoria; yo en esta parte, aun despues dudaria en resolver esta cuestion, porque su decision depende en mi juicio de la de otras cuestiones previas por el tribunal inapelable de la Europa, si es que puede entenderse sobre este punto, ó diciendo mejor, si es que pueden conciliarse los intereses peculiares, lo que es altamente dudoso.

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Estas cuestiones previas son: 1.a la situacion de la España puede producir ó crear eventualidades que sean de tal naturaleza que comprometan la paz en Europa. 2. Los intereses materiales, peculiares á la Inglaterra y Francia, son de naturaleza conciliables para una combinacion con el resto de la Europa, que establezca un acuerdo comun á todas, y á que se arreglen los medios prácticos de ejecucion.

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Estas son las dos gravísimas cuestiones previas; aunque se estableciese la conformidad en la 1.a, la de la 2.a es de una inmensa dificultad práctica, y en consecuencia no fuera discreto el que anunciara un

desenlace tan difícil por los medios estranjeros, como yo le hallo fácil por los propios; y sea ó no fácil, siempre lo es mucho mas que lo que hayan de hacer los estraños.

He aquí, amigo mio, mi opinion retalivamente á la cuestion interior y esterior en su parte teórica, la que para mí es de una evidencia matemática; pero con ella la dificultad práctica, 6 sea de ejecucion, queda en pie, y para mí su resolucion es fácil, pues yo no veo posible mas que una sola; y como todo lo que no es posible, por bueno que parezca es absurdo, en puntos en que lo principal es hacer; creo pues que una union íntima de la corona con sus consejeros responsables, eliminando toda otra influencia estralegal, una mayoría lograda en las córtes y bien conducida, y una decision bien pronunciada de la fuerza militar en sostener el órden estrictamente legal, son los solos medios de reducir á práctica mi plan, con el que llevado á cabo, pienso se salvaria

el Estado.

Yo no conozco medios prácticos de sacar un pais del triste estado en que se halla el nuestro, mas que cuatro: 1.° por una rovolucion que conmoviendo todos los fundamentos de la sociedad, produzca este sacudimiento una nacionalidad poderosa y salvadora. 2.o El brazo de un monarca despótico, justo é ilustrado. 3.o Una dictadura militar. 4. Reorganizar la sociedad y readquirir los elementos sociales en favor de la causa que se desea hacer triunfar por los medios legales creados por los actos anteriores.

Poquísimas consideraciones bastarán para demostrar de una manera palpable que los tres primeros medios, por buenos que sean, tienen contra sí la absoluta imposibilidad de realizarse, y que en consecuencia, con todas las dificultades é inconvenientes que tiene el último, al menos aunque difícil no es imposible, y el no ser imposible es la primera y mas esencial de las condiciones de existencia.

Una revolucion ¿no la ha habido de hecho? ¿no se ha trastornado la sociedad hasta en sus fundamentos? ¿no se han conmovido los usos, las costumbres, las creencias, las situaciones? Esto es un hecho. ¿Cuál ha sido el resultado? ¿ ha creado una nacionalidad vigorosa ante la cual todo cede, como cedió en Francia á su presencia despues de que la opinion se reunió bajo la bandera de resistencia al estranjero? Yo no veo la tal nacionalidad, veo solo la sociedad en el caos, el Pretendiente que es el enemigo mas temible, ser hoy mas fuerte que cuando sonó la alarma de la revolucion social, que no ha creado ni puede crear en España una nacionalidad salvadora: luego este primer medio es del todo ineficaz al menos.

El brazo de un monarca despótico, justo é ilustrado. Nuestro trono está ocupado por una niña de nueve años, es decir, la corona en su situacion de hecho está sujeta á las condiciones de una minoría, como todas procelosa y débil; en consecuencia no hay monarca despótico posible como no sea D. Cárlos, y este es imposible, porque ni es justo ni es ilus

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