ruyendo esta antigua sociedad conmovida hasta en sus cimientos; tenemos ya muchas cuestiones ventiladas. No se pone en duda la Constitucion que hemos jurado, no se controvierte tampoco en nuestras divergencias la sucesion de Isabel; reconstruyamos, Señores, repetiré mil veces, esta sociedad tan inútilmente conmovida, y apenas hagamos esto !Ay de D. Cárlos, cuán débil quedará y sin apoyo!

! Transaccion! señores, esta palabra asusta, pero es necesario fijarla en su verdadero sentido. ¿Quién puede creer ni hablar de transacciones en que se comprometan el decoJo y la independencia nacional? ¿Quién de transacciones que puedan comprometer el trono de la inocente niña que le ocupa? Cetro que si hoy no tan fuerte como el de un va– ron, su misma debilidad tiene sus ventajas porque el cetro de una muger cuando es combatido y arrollado por los embates de la revolucion tiene la ventaja de doblarse pero sin romperse. ¿Quién habla de transacciones de esta especie? Nadie. Pero ademas de esto y de la Constitucion que todos hemos jurado, no hay todavia una multitud de cosas que valen la pena de transigirlas, siquiera pesándolas con la sangre inocente que se ba derramado, con las lágrimas y los infortunios de tantos infelices á quienes no quedan sino los ojos para llorar? ¿No valdrá la pena de que se transija con ciertas opiniones, con ciertos interéses, dejando á salvo los objetos de que ya he hablado? Pues si á esto se llama transacciones, yo por mi parte digo que las apoyo con todo mi corazon, como cuestion de existencia y de lesa humanidad, la nacion entera creo que piensa en esta parte lo mismo que yo.

Rectificados estos principios, creo que interesa á la causa nacional que se acuerde lo mas pronto posible este empréstito, y que abandonemos esas cuestiones de amor

propio y de espíritu de partido, que como dijo una célebre escritora, es un vértigo fatal que conduce á la pérdida de las naciones; y uniéndonos al trono de Isabel y en defensa de la libertad, procuremos todos, lo repito sin temor de manosear estas palabras, se restablezcan la paz, el órden y la justicia.

FIN DEL TOMO PRIMERO.

INDICE.

INTRODUCCION.

(Pág. v á LXXV)

CAPÍTULO PRIMERO.

(Pág. 1 á 32)

Muerte del Rey-Efectos de la pragmática de marzo de 1830Origen y desarrollo del partido carlista-Fundamentos de mi sistema político-Sistema político de Zea y manifiesto de 4 de octubre de 1833-Primera conferencia con S. M. la Reina Gobernadora el 30 de setiembre de 1833-Memoria presentada á la Reina Gobernadora antes de la muerte del Rey, y bases del sistema de gobierno que yo propuse-Primeros movimientos de insurreccion en favor de D. Cárlos-Mi oposicion al sistema politico del ministerio Zea-Burgos ministro del Interior-Zarco del Valle reemplaza á Cruz en el ministerio de la Guerra-Martinez de la Rosa es nombrado ministro de Estado-Mi nombramiento para Londres.

CAPÍTULO SEGUNDO.

(Pág. 33 á 66)

Situacion diplomática de la Europa relativamente á España-Inglaterra y Francia reconocen á la Reina Isabel-Los Estados Unidos de América, Suecia y Dinamarca reconocen tambien á la Reina— El Austria, Rusia y Prusia no la reconocen, pero tampoco á Don Cárlos--Cerdeña y Nápoles siguen la misma conducta-Nápoles protesta-Objeto principal de las instrucciones á los agentes diplomáticos de la Reina-Nueva política del gabinete español para con el portugués-Zea defensor de D. Miguel en Londres-Mi salida de Madrid para Londres en 21 de febrero de 1834-Mi llegada á Lóndres el 5 de abril de 1834-Mi primera conferencia con Lord Palmerston el 9 del mismo mes-Presentacion oficial de mi primera nota proponiendo un tratado entre la Inglaterra, Portugal y España--Contestacion verbal de Lord Palmerston á la nota anterior-Primeras bases para el tratado proyectado-Entra la Francia como parte integrante de él-Principios que probablemente guiaron á los plenipotenciarios-Convencion de Londres de 22 de abril conocida con el nombre de Tratado de la cuadruple alianza-Sus consecuencias.

CAPÍTULO TERCERO.

(Pág. 67 á 104)

Reconvenciones del Rey de Inglaterra por la conducta de los gefes del ejército de la Reina--Carta del Rey de Inglaterra á su ministro de relaciones esteriores el Vizconde de Palmerston--Primeros

efectos del Tratado de la cuadruple alianza-Se embarca D. Carlos en el navío inglés el Donegal-Reclamacion oficial para fijar la suerte de D. Carlos de acuerdo con los aliados del cuadruple tratado-Llegada del navío Donegal donde venia D. Cárlos á las costas de Inglaterra-Proyecto de un convenio para proponer á D. Carlos lo firmase antes de desembarcar del navío Donegal-Nombramiento del subsecretario de relaciones esteriores para ir á Portsmouth y cooperar conmigo en favor de la causa de la Reina--Mi ida á Portsmouth al encuentro de D. Cárlos el 12 de junio de 1834-Rehusa D. Cárlos toda negociacion-Primer proyecto de artículos adicionales al tratado de la cuadruple alianza--Fuga de D. Cárlos de Inglaterra con direccion á España--Efectos de esta fuga-Se deciden los aliados á adicionar el tratado de la cuadruple alianza--Articulos adicionales.

CAPÍTULO CUARTO.

(Pág. 105 á 145)

Escaseces del tesoro-Proyecto de anticipo anterior à la reunion de Córtes-El Baron Rotschild de París es nombrado banquero de España-Proposiciones de anticipo de quinientas mil libras esterlinas hechas por N. Rotschild de Lóndres el 18 de abril de 1834--El conde de Toreno es nombrado ministro de Hacienda-Contrato de Frias y Allende con el baron Rotschild-Contrato del empréstito Ardoin--Quejas amargas de Natham Rotschild sobre la conducta seguida por el gobierno con su contrato de anticipo-Reunion en mi casa de la comision llamada de Bonos de Córtes-Mi opinion contraria á la reduccion y arreglo de la deuda pública en la forma que se proyectaba en España-Armas enviadas de Inglaterra á España--Cuestion suscitada con motivo del cumplimiento del artículo segundo adicional-Envio á España de la goleta Isabel II-Se establecen por mi mediacion las primeras relaciones con Bélgica y Grecia--Abrense