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cipiaron los enemigos á retirarse por Chironta ó Conostoco haciendo fuego por compañias, dejando ocho muertos en el campo incluso un oficial. Durante la accion se pasaron á nosotros cuatro hombres, entre ellos un sargento español, y se les tomaron cuatro caballos y diez cabezas de ganado vacuno. Por nuestra parte solo tuvimos tres heridos. El miércoles 15 marchó el grueso del ejército hácia Moquegua, tomando la villa de Llavalla el batallon número 4 y un escuadron de caba

lleria.

Un vecino de Colocoto comunica, que una señora que salió de la Paz el dia 6 del corriente ha dado noticia de que en aquella ciudad se habian mandado prevenir cuarteles, para cuyo efecto se estaba desocupando el convento de San Francisco. Que se habia mandado prevenir auxilios á los subdelegados, y alcaldes del tránsito de Puno á la Paz para 1,700 hombres que quedaban en el primer punto. Que posteriormente se habia prevenido al subdelegado de Pacage, que los anxilios pedidos se pusiesen en Viacha, en donde se estaban levantando paredones en forma de trincheras. Que lo mismo se practicaba en Oruro, á donde habian entrado como 500 hombrès de la division de Olañeta, los que se creia venian derrotados por La Madrid de resultas de una accion que habian tenido. Que han cortado las balsas de Calacoto y todas las demas: dejando solo el puente del Desaguadero, y la barca de la Joya con guarnicion de 25 hombres en cada uno de dichos puntos.

COMUNICACION DEL GENERAL ALVARADO AL MINISTRO DE GUERRA Y MARINA.

Ilo á bordo de Macedonia y Enero 25 de 1823.
H. Sr.

Impelido de la necesidad de alimentar al ejército, y tratando de preservarle de los estragos que habian comenzado á sentirse por la insalubridad del clima de Arica, me moví con direccion á Moquegua en donde el general Valdez con dos batallones, y cuatro escuadrones se habia estacionado, y á cuyas inmediaciones se hallaban todos los víveres y recursos que habia separado de la costa. La desolacion del pais era tan

completa que me fué necesario trasportar á lomo de mula hasta la villa de Moquegua con mi dificultades, víveres secos que se habian desembarcado de la escuadra. El dia 19 del presente encontré al enemigo en posicion de cerro baut, la que abandonó inmediatamente que notó las disposiciones de atacarle. En el momento se puso en retirada, y lo hice atacar con las compañias de cazadores, y cuatro batallones de reserva que le persiguieron del modo mas vivo por espacio de dos leguas, desalojándole de cuantas posiciones iba tomando, hasta que últimamente se estableció en los altos de Torata. En este punto trató de hacer una vigorosa resistencia y fué desalojado sucesivamente de tres posiciones que una sobre otra en escalones habia establecido. Hasta que últimamente se retiró á la cuesta inmediata de la cuesta del cerro.

En este estado puesto ya el general Valdez en derrota llega con su ejército el general Canterac, y emprende un segundo ataque sobre nuestras columnas que ocupaban sus posiciones. Estas tuvieron que retirarse á la reserva, que la habia establecido en un punto ventajoso con dos piezas de artilleria, y el enemigo volvió á situarse en la cima del cerro al cerrar la noche, pudiendo en ella, y sin ser molestado retirar el ejército hasta Moquegua, en donde permanecí hasta el 21 en que el enemigo me obligó á un nuevo combate, desventajoso por mi parte respecto á la inferioridad de mis fuerzas, mas sin embargo fué disputado el terreno cuanto fué posible, y al fin obligado á seguir mi retirada aunque desordenada, por lo que se ha sentido alguna pérdida, y mas que todo la moralidad de la tropa, con cuyo motivo he resuelto embarcar el ejército reforzando la division de Tarapacá, en movimiento ya sobre Caranga con 300 hombres de tropa y todos los animales del ejército.

El general Martinez y el jefe del estado mayor Pinto, pasaron á reorganizar la fuerza en Pisco, mientras yo me dirijo al sud á dar un impulso á las operaciones si las circunstancias lo permitiesen, asentando á ÚS. que em primera oportunidad pasaré los detalles respectivos.

Tengo la honra de manifestar á US. los sentimientos de mi distinguido aprecio.-H. Sr.-Rudecindo Alvarado.

H. Sr. Secretario de Guerra y Marina.

DECRETO DEL CONGRESO DESIGNANDO PENAS A LOS ESPAÑOLES

QUE FALTEN A LO QUE EN ÉL SE PREVIENE.

La Suprema Junta Cubernativa del Perú comisionada por el Soberano Congreso Constituyente:

Por cuanto conviene al ejercicio del poder qué le ha confiado, ordena lo siguiente:

1o Toda reunion de españoles que pase de dos individuos, queda absolutamente prohibida, bajo la pena de seis meses de presidio.

2o El español que salga á la calle despues del toque de oraciones, incurrirá en la misma pena.

3o Todo español á quien se encontrase alguna arma, será reputado como enemigo de la república: y como tal será castigado.

40 Cualquier español soltero, ó viudo sin hijos que no tenga carta de ciudadania, saldrá del territorio del Estado dentro de tercero dia, llevándose todos sus bienes.

59 El que no pudiese verificar lo prevenido en el artículo antecedente, se presentará dentro del mismo término al gobernador del Callao, en cuyas fortalezas permanecerá depositado hasta el embarque.

6o El que no observarse puntualmente lo ordenado en los dos artículos anteriores, se hará acreedor á la pena desiguada en el artículo 3o

79 Se exceptúan del artículo 4o los ancianos que pasen de sesenta años, los enfermos habituales que no puedan emprender su viaje sin peligro, y los que por su muy notoria y muy acreditada conducta merezcan que se haga alguna exepcion.

89 El presidente del departamento de esta capital queda especialmente encargado de la ejecucion de este decreto.

Por tanto mando se guarde, cumpla y ejecute en todas sus partes por quienes convenga, dando cuenta de su cumplimiento el ministro de Estado en el departamento de Gobierno. --Dado en el palacio de la Junta Gubernativa en Lima á 8 de Febrero de 1823.-49-2o de la República-La-Mar-Alvarado-Salazar y Baquijano.-Por órden de S. E.-Francisco Valdivieso.

PROCLAMA.`

La Junta Suprema de Gobierno á los Peruanos.

Peruanos:

Desde que el pueblo nos honró con su confianza poniendo en nuestras manos las riendas del gobierno, resolvimos acr ditar no con palabras sino con hechos nuestro celo patriótic›. y nuestro puro y ardiente voto por la felicidad de la república. Todo se dispuso; todo anunciaba próxima su salud; pero el cielo quiso retardarle.

Conciudadanos: el ejército vá ha emprender nuevas operaciones. Un aliento sobrenatural le anima porque tiene que vengar una nueva injuria. El sol del Perú no puede ya sufrir eclipse total; las nubes que pasan bajo de él, lo ocultarán parcialmente un momento, para presentarse luego con mayor resplandor.

Los enemigos hacen esfuerzos extraordinarios como convulsiones de un cuerpo que se disuelve, envolviendo en su ruina á nuestros desgraciados hermanos, que solo esperan el impulso de nuestros brazos para romper sus cadenas. Ahora es cuando nosotros debemos manifestar ese noble ardimiento, que solo sienten las almas libres, y ese desprendimiento generoso propio solo de republicanos. Las necesidades crecen, es verdad; los recursos escasean pero el patriotismo tiene en si un fondo inagotable. No penseis en los males y privaciones que son necesarias; pensad solo en los bienes inapreciables que vais á reportar; el triunfo de la causa, la independencia y la paz.

Considerad las calamidades que sufre y llora el pais que ocupan los enemigos á manera de los árabes y bándalos sus progenitores: y calculad los males que os esperan si penetrasen á nuestro recinto como conquistadores.

Compatriotas: renovad el estusiasmo del 7 de Setiembre que decidió para siempre de nuestros destinos. Corred todos á las armas; ya sabeis por una triste esperiencia, que nuestros opresores no entienden medio de tratar y convenirse sino con el cañon, suprema razon de los tiranos.... y la única tambien, que puede refrenarlos.

Ya habeis visto á vuestros hijos iuflamados de espíritu marcial: reunidos á la sombra del estandarte patrio marchar á sus cantones con tanta serenidad, como si no oyesen los clamores de sus madres y esposas; y con tanta fiereza como si ya marcharan á los combates.

Loor y gloria á los beneméritos jefes y oficiales de los cuerpos cívicos, que solo respiran honor y amor de patria en los mayores peligros.

Corred todos á engrosar sus filas; á vuestro valor y lealtad está encomendada la defensa de esta heróica y opulenta capital; no haya clase, ni distincion exenta de esta obligacion sagrada; y si por desgracia hubiese alguno que la desconozca, que salga inmediatamente de nuestro seno, llevando consigo la execracion, la infamia, y la condenación de no volver jamas para disfrutar los dias de gloria y serenidad que prepara nnestra decision. Considerad en fin; que si os armais, no es para esclavizar pueblos, sino para librarlos y consolarlos; no para servir á los caprichos de un ambicioso, sino para cimentar la felicidad públicá sobre las bases de la libertad civil y política á la sombra de leyes benéficas, dictadas por vuestros dignos representantes.

Argentinos, Chilenos y Peruanos: corramos todos á las armas. Si amigos corramos á las armas, para defender la propiedad del suelo americano, el sagrado de nuestros hogares, la santidad de nuestros templos, la castidad de nuestros lechos conyugales, y la reverencia del sepulcro de nuestros padres-La-Mar.-Alvarado.-Salazar.

HISTORIA-29

TOM V

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