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en gefe del estado mayor general del 7.* cuerpo del ejército de España.-Rey.-Lugar del Sello.

Nota adicional à la capitulacion de la plaza de Gerona.

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Los empleados en el ramo político de guerra son declarados libres, como no combatientes, y pueden pedir un pasaporte con sus equipajes para donde gusten. Estos son el intendente, comisarios de guerra, empleados en hospitales y provisiones, y médicos y cirujanos del ejército. -Yo, brigadier de los Reales ejércitos, certifico: que la nota precedente, habiendo sido presentada al Excmo. señor general en gefe del ejército francés, queda aprobada. Fornells 10 de diciembre de 1809.—Blas de Furnás. Don Blas de Furnás, brigadier de los Reales ejércitos certifico: que la copia antecedente de la capitulacion hecha en Gerona, y notas adicionales es en todo su contenido conforme á los originales firmados por mí; y para que conste doy la presente en la plaza de Gerona á 12 de diciembre de 1809.-Blas de Furnás.

Numero XXXVII.

Organizacion dada por Napoleon á su ejército en España.

En el palacio de las Tullerías á 8 de febrero de 1810. Napoleon etc. Considerando por una parte que las sumas enormes que nos cuesta nuestro ejército de España empobrecen nuestro tesoro y obligan á nuestros pueblos á sacrificios que ya no pueden soportar; y considerando por otra parte que la administracion española carece de energía y es nula en muchas provincias, lo que impide sacar partido de los recursos del pais y los deja por el contrario á beneficio de los insurgentes; hemos decretado y decretamos lo que sigue :

TITULO PRIMERO.

Del gobierno de Cataluña.

Art. 1. El séptimo cuerpo del ejército de España tomará el título de ejército de Cataluña.

ΤΟΜΟ Χ.

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2. La provincia de Cataluña formará un gobierno particular con el título de gobierno de Cataluña.

3. El comandante en gefe del ejército de Cataluña será gobernador de la provincia, y reunirá los poderes civiles y mili

tares.

4.o La Cataluña queda declarada en estado de sitio.

5. El gobernador queda encargado de la administracion de la justicia y de la Real hacienda, proveerá todos los empleos y hará todos los reglamentos necesarios.

6. Todas las rentas de la provincia en imposiciones ordinarias y estraordinarias entrarán en la caja militar, á fin de sub. venir á los sueldos y gastos de las tropas, y á la manutencion del ejército.

TITULO segundo.

Del gobierno de Aragon.-Segundo gobierno.

El general Suchet será gobernador de Aragon con toda la autoridad militar y civil; nombrará toda clase de empleados, hará reglamentos etc. etc., y desde 1.o de mayo no enviará nuestro tesoro público fondos algunos para la manutencion del ejército, sino que el pais suministrará lo que necesite para él.

TITULO TERCERO.

Del gobierno de Navarra. Tercer gobierno.

La provincia de Navarra se llamará gobierno de Navarra. El general Dufour será gobernador de Navarra, y conducirá allá los cuatro regimientos de su division: en cuanto á su autoridad y manutencion del ejército, lo mismo que lo dicho con respecto á Aragon.

TITULO CUARTO.

Del gobierno de Vizcaya. Cuarto gobierno.

La Vizcaya se llamará gobierno de Vizcaya.

El general Thouvenot será gobernador, y lo mismo que lo dicho respecto á Navarra.

TITULO QUINTO.

Los gobernadores de estos cuatro gobiernos se entenderán con el estado mayor del ejército de España en lo que tenga relacion con las operaciones militares; pero en cuanto á la administracion interior y policía, rentas, justicia, nombramiento de empleados y todo género de reglamentos, se entenderán con el Emperador por medio del Príncipe de Neufchatel, mayor general.

TITULO SEXTO.

Artículo 1. Todos los productos y rentas ordinarias y estraordinarias de las provincias de Salamanca, Toro, Zamora y Leon, proveerán á la manutencion del sexto cuerpo del ejército, y el Duque de Elchingen cuidará de que estos recursos sean bastantes para este fin, haciendo que todo se invierta en utilidad del ejército. 2.° Lo que produzcan las provincias de Santander y Asturias, para la manutencion y sueldos de la division de Bonnet. 3. Las provincias situadas desde el Ebro á los límites de la de Valladolid lo entregarán todo al pagador de Burgos para el sueldo y manutencion de las tropas que allí haya y gasto de las fortificaciones. 4. Las provincias de Valladolid y Palencia proveerán á la manutencion y sueldo de la division de Kellerman. 5.° El Duque de Elchingen y los generales Bonnet, Thiebaut y Kellerman se entenderán en todo lo que tenga relacion con las rentas de las provincias de su mando con el Emperador por medio del Príncipe de Neufchatel. 6. La ejecucion de este decreto se encarga al Príncipe de Neufchatel y á los ministros de la guerra, en la administracion de guerra, de rentas y del tesoro público.»>

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Numero XXXVIII.

LAS CORTES.

A LA NACION ESPAÑOLA.

Españoles: vuestros legítimos representantes van á hablaros con la noble franqueza y confianza que aseguran en las crísis de los estados libres aquella union íntima, aquella irresistible fuerza de opinion, contra las cuales no son poderosos los embates de la violencia, ni las insidiosas tramas de los tiranos. Fieles depositarios de vuestros derechos, no creerian las Córtes corresponder debidamente á tan augusto encargo, si guardaran por mas tiempo un secreto que pudiese arriesgar ni remotamente el decoro y honor debidos á la sagrada persona del Rey, y la tranquilidad é independencia de la nacion y los que en seis años de dura y sangrienta contienda han peleado con gloria por asegurar su libertad doméstica, y poner á cubierto á la patria de la usurpacion estranjera; dignos son, sí Españoles, de saber cumplidamente adonde alcanzan las malas artes y violencias de un tirano execrable; y hasta que punto puede descansar tranquila una nacion cuando velan en su guarda los representantes que ella misma ha elegido.

Apenas era posible sospechar que al cabo de tan costosos desengaños intentase todavía Napoleon Bonaparte echar dolosamente su yugo á esta nacion heróica, que ha sabido contrastar, por resistirlo su inmensa fuerza y poderío y como si hubiéramos podido olvidar el doloroso escarmiento que lloramos por una imprudente confianza en sus palabras pérfidas; como si la inalterable resolucion que formamos, guiados como por instinto á impulso del pundonor y honradez española; cuando apenas teníamos derechos que defender, se hubiera debilitado ahora que podemos decir tenemos patria, y que he mos sacado las libres instituciones de nuestros mayores del abandono y olvido en que por mal yacieran; como si fuéramos menos nobles y constantes, cuando la prosperidad nos brinda

mostrándonos cercano el glorioso término de tan desigual lucha, que lo fuimos, con asombro del mundo y mengua del tirano, en los mas duros trances de la adversidad; ha osado aun Bonaparte en el ciego desvarío de su desesperacion, lisonjearse con la buena esperanza de sorprehender nuestra buena fe con promesas seductoras, y valerse de nuestro amor al legítimo Rey, para sellar juntamente la esclavitud de su sagrada persona y nuestra vergonzosa servidumbre.

Tal ha sido, Españoles, su perverso intento; y cuando, merced á tantos y tan señalados triunfos, veíase casi rescatada la patria, y señalaba como el mas feliz anuncio de su completa libertad la instalacion del Congreso en la ilustre capital de la monarquía; en el mismo dia de este fausto acontecimiento, y al dar principio las Córtes á sus importantes tareas, halagadas con la grata esperanza de ver pronto en su seno al cautivo Monarca, libertado por la constancia española, y el auxilio de los aliados, oyeron con asombro el mensaje, que de órden de la Regencia del reino les trajo el secretario del despacho de Estado, acerca de la venida y comision del Duque de San Cárlos. No es posible, Españoles, describiros el efecto que tan estraordinario suceso produjo en el ánimo de vuestros representantes. Leed esos documentos, colmo de la alevosía de un tirano; consultad vuestro corazon; y al sentir en él aquellos mismos afectos que lo conmovieron en mayo de 1808, al esperimentar mas vivos el amor á vuestro oprimido Monarca, y el odio á su opresor inícuo; sin poder desahogar ni en quejas ni en imprecaciones la reprimida indignacion, que mas elocuente se muestra en un profundísimo silencio, habréis concebido, , aunque débilmente, el estado de vuestros representantes cuando escucharon la amarga relacion de los insultos cometidos contra el inocente Fernando, para esclavizar á esta nacion magnánima.

No le bastaba á Bonaparte burlarse de los pactos, atropellar las leyes, insultar la moral pública; no le bastaba haber cautivado con perfidia á nuestro Rey, é intentado sojuzgar á la España, que le tendió incauta los brazos como el mejor de sus amigos; no estaba satisfecha su venganza con desolar á esta nacion generosa con todas las plagas de la guerra y de la política mas corrompida; era menester aun usar todo linaje de

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