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ir á reunirse en los dos cuerpos de ejército, uno, mandado por don Tomas O'Higgins, gobernador de Coquimbo, y el otro á las órdenes de Lastra, gobernador de Valparaiso. A este último, el gobierno le envió, ademas, una partida de trescientos hombres, que estaban de vuelta de Buenos-Aires, y que salieron conducidos por su denodado comandante y gran patriota Andres de Alcazar.

Miguel Carrera acababa de dejar Concepcion cuando recibió el oficio del gobierno, que le anunciaba aquella repentiva invasion, y le inducia á que atacase á Sanchez lo mas pronto posible para arrojarlo de la provincia, en donde su presencia era muy peligrosa. Bien que Carrera no diese mucho crédito á la noticia, como él mismo lo decia en su respuesta, noobstante, se dispuso á obrar aun con mas actividad, porque realmente tales eran sus planes.

De Quirihue, en donde se hallaba, pasó órdenes á los diferentes cuerpos para que cada uno obrase en el sentido de sus combinaciones. A Cruz, le escribia se mantuviese vijilante, prometiéndole que dentro de pocos dias seria reforzado; al coronel Merino, que era de Quirihue mismo, le mandó preparase cuanto pudiese necesitar la division de Talca; y en seguida, escribió al gobierno indicándole las nuevas medidas que debia de tomar, y asegurándole de nuevo que pocos dias bastarian para aniquilar completamente los restos del ejército realista; ilusion lamentable que tal vez contribuyó al mal éxito de aquella campaña, y, en seguida, á la pérdida del país.

CAPITULO XXIV.

Sanchez continua sus trincheras.

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Socorros que recibe de los misioneros franciscanos. Una parte de sus tropas es dispersada en guerrillas.- La de Urrejola hace prisionero al coronel Cruz y á su coluna. Miguel Carrera va á incorporar en el campamento de Chillan las tropas acantonadas en Talca. Disposiciones que da para el ataque. Envia á Calderon de parlamentario á Sanchez, pero sin resultado.-- Principio del ataque.- El Rollo cortado por el medio, del primer cañonazo. Sucesos diversos de los dos partidos en ataque y defensa.- Incendio de las municiones de la batería patriota, y desgracias que ocasiona.- Presa de municiones que iban de Concepcion. Viendo que no obtenia resultado alguno, envia un parlamentario á Sanchez.

Sanchez continuaba con celo v teson las obras de fortificacion, y ya habia establecido algunas baterías. Se abrieron algunos fosos, y se armaron los fortines de modo que pudiesen resistir largo tiempo y con vigor. El de San Bartolomé, especialmente, habia empeñado toda su atencion, y don José Berganza, que era un hábil oficial de artillería, habia dirijido la construccion de dicho fortin. Pero en medio de todo esto, no perdia de vista al ejército enemigo, y habia enviado espías por todos lados que le tenian siempre sobre aviso de todos los movimientos de Carrera, y le informaron del proyecto que tenia de concentrar sus tropas en las cercanías de Chillan.

Bien que no pudiese impedirle de operar dicha concentracion, podia á lo menos seguir y cansar á los diferentes destacamentos, obligándolos á mantenerse siempre alerta, é impidiéndoles, tal vez, de fortificar sus posiciones. Para ejecutar este proyecto se le ofrecieron sujetos capaces y prácticos en el país, á los cuales confió el mando de guerrillas. Con todo, la fidelidad de sus

tropas habia empezado á decaer, minada ya por la política de los jefes patrióticos, sobretodo por la de O'Higgins; salvo los Chilotes y las tropas de Valdivia, que confundiendo siempre el rey con la relijion, se mantenian sumisos y obedientes, las demas, ya por temor ya por codicia, desertaban sus banderas y se pasaban al ejército de los patriotas. Esta desercion se estendia ya á los oficiales, circunstancia que empezaba á causar zozobras á Sanchez, y habria desmoralizado completamente á todas sus tropas, si eminentes realistas no hubiesen hecho todos sus esfuerzos para mantenerlas en su deber.

Entre estos realistas se distinguieron por su celo y perseverancia los Franciscanos, los cuales, animados.de sentimientos de la mas acendrada lealtad al rey, y temiendo que aquella revolucion fuese contraria á la relijion y ocasionase el olvido de todos los deberes que impone, se habian presentado desde el principio como auxiliares los mas seguros y jenerosos, tomando todos una parte activa en el bienestar del ejército.

« El padre presidente Fray Antonio Banciella pertenecia al ejército en calidad de capellan, suministrando de paso los conocimientos mas útiles respecto del terreno, y de los sujetos adictos ó contrarios á la justa causa. (1)» Otros servian en las enfermerías, c en otros ramos administrativos, y pusieron sus caballos, trigos, bueyes y carneros á la disposicion del comisario de víveres, que se aprovechó mucho de ellos, y aun destruyeron muchos libros y manuscritos, unos de la comunidad y otros particulares de los padres, para fabricar cartuchos. Su convento, asilo de santa paz, fué fortificado y convertido

(1) Relacion sobre la conducta de los relijiosos del colejio de Chillan, por el reverendo padre Fray Juan Ramon Guardian. Mss.

en cárcel de estado, en donde los reos, la guardia de estos, que constaba de cuarenta hombres con sus oficiales, y muchas personas de las provincias, que habian venido á refujiarse en él, vivian á espensas de la comunidad. Una casa grande que tenia esta en los Guindos, con sus dependencias y capilla, que podia servir de punto de reunion y de defensa á los patriotas, mandaron los relijiosos demolerla é incendiarla, y en razon de la penuria y escasez de dinero, que ocasionaba la interrupcion de comunicacion con el Perú, por la pérdida de Talcahuano, mandó el padre provincial á Fray Gregorio Equiluz pasase inmediatamente á Valdivia, atravesando por medio de los Indios araucanos, ya conmovidos por las facciones enemigas. Enfin, «exortaban pública y privadamente con enerjía apostólica al valor y á la constancia las tropas, suministrando asimismo á los respectivos jefes aquellos conocimientos que consideraban útiles y necesarios á la subsistencia, y prosecucion del feliz éxito de la ardua empresa que teníamos entre manos. » (1)

Así daban estos celosos misioneros patentes muestras de su doble influjo, á saber, el que nacia del amor estremado que tenian á su rey, y el que les daba su mision, esencialmente evanjélica, teniendo constantemente alerta, sin pararse en fatigas ni en peligros, la conciencia de los soldados y de los habitantes del campo, y no se pasaba, por decirlo así, dia alguno sin que hiciesen funciones relijiosas para dar mas prestijio á sus palabras. Así sucedia que los milicianos, animados de un cristiano entusiasmo, y escitados, ademas, por el ardor de algunos valientes oficiales, estaban siempre dispuestos á ba

(1) Relacion sobre la conducta de los relijiosos del colejio de Chillan, por el reverendo padre Fray Juan Ramon, Guardian. Mss.

tirse, y se formaban en guerrillas mandadas por comandantes bizarros, tales como los dos Eleorriaga, Urrejola, Quintanilla, Lantaño, Chaves y otros, cuya audacia rayaba en temeridad, y fatigaban continuamente con ataques parciales las diferentes divisiones de los patriotas, que se defendian con no menos vigor y teson.

Despues de la pérdida de Talcahuano, estos oficiales, enteramente aislados, sin poder recibir especie alguna de socorro, se hallaban en una posicion enteramente particular, y su mision mudó totalmente de aspecto, pues obligados á hallar todos sus recursos por sí mismos y en ellos mismos, tenian que obrar mas bien como cabezas de partido que como jefes militares, usando alternativamente y sin descanso, de audacia y de astucia para atraerse partidarios y defenderse contra tantos enemigos. Tal era el carácter que parecia deber tomar la resistencia, y que la lentitud del ataque hacia necesario.

Sin duda, todas las salidas que hacian aquellos infatigables milicianos no obtenian siempre felices resultados, y aun hubo una, la de San Xavier, que fué completamente destruida por el bizarro teniente Molina, enviado por O'Higgins contra ella; pero otras, en cambio, les surtieron muy favorables, y entre estas se puede citar la que fué dirijida contra la division de Cruz.

Este coronel, que, como lo hemos visto ya, habia quedado en San Carlos con algunos pocos soldados para observar los movimientos de Sanchez, se hallaba en la imposibilidad de hacer frente al mas indiferente ataque, en primer lugar, por tener poca fuerza numérica, compuesta casi toda de milicianos; y en segundo, por las deserciones que esperimentaba, principalmente de parte de los voluntarios. Mas de una vez habia dado parte de

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