III.

"Hai un hecho corroborante de que el Antiguo Mundo, ó á lo ménos una parte de los habitantes del Asia, tuvo en algu na época conocimiento de la existencia del Nuevo Mundo ántes de su descubrimiento por Cristóbal Colon: muchos de los "ulemas" árabes, abrigan la conviccion íntima de que los antiguos geógrafos árabes sabian de la América, y en apoyo de esta opinion citan pasajes de las obras antiguas en que se trata de un país al Oeste del Atlántico. Un caballero árabe, el General Hussein Pasha, en la obra ha escrito sobre la América, titulada: que "En Nesser El Tayir", hace citas tomadas de Djeldeki y otros escritores antiguos, para demostrarlo. Hai en los archivos de la China, algo mas que meras ó vagas referencias á un país situado al oeste del Atlántico: existe una relacion circunstanciada de su descubrimiento por los chinos mucho antes de nacer Colon. Autoridad competente en estas materias, J. Haulay, intérprete de la lengua china en San Francisco, ha escrito, hace poco, un opúsculo sobre este asunto del cual sacamos los datos sorprendentes, legados por los historiadores y geógrafos chinos, siguientes.

"Ahora mil cuatrocientos años ya habia sido descubierta la América por los chinos y descrita por ellos. Dijeron que esa tierra distaba de la China unas 20.000 millas chinas. Como 500 años antes del nacimiento de Cristo fueron á aquel país sacerdotes budhistas, trajeron noticias de que habian encontrado en él ídolos budhistas y escritos de esa religion. Sus descripciones se asemejan mucho á las que dieron los españoles mil años despues. Le dieron al país el nombre de "Fusany" por un árbol que crecia allí cuyas hojas se parecen á las del bambú; con la corteza del cual hacian los indíjenas vestimentas y papel, alimentándose con la fruta. Estos pormenores concuerdan exactamente y de una manera remarcable con los que ha dado el historiador Prescott tocante al árbol "ma

guey" de Méjico. Dice este autor, que los aztecas preparaban una pulpa con la corteza del árbol para hacer papel de ella; las hojas las empleaban para techar; y de la sávia hacian por medio de la fermentacion una bebida embriagante."

2

ANTES DEL PENSAMIENTO DE CRISTOBAL COLON.

I.

Los egipcios fueron los primeros que se ocuparon del comercio marítimo. Traficaron en el golfo Arábigo y en la costa occidental del continente de las Indias.

II.

Los fenicios, con su espíritu social y emprendedor les ocurrió pasar el estre cho de Gades. Visitaron las costas de

la Hesperia, de las Galias y de la Bretaña, descubriendo las islas Fortunadas.

III.

Los cartagineses pasaron á su vez el estrecho de Gades, dieron la vuelta á España, bajando á lo largo de las costas de Africa hasta el trópico de Cáncer.

IV.

Los griegos tambien aventuraron sus correrias marítimas, siendo la mas conocida la de Nearco á la India en tiempo. de Alejandro.

V.

Fueron los romanos, mas levantados en sus procederes, los primeros que prescindieron de la navegacion costanera y se lanzaron á las ondas de alta mar. Y no obstante, los antiguos no conocieron sino las provincias situadas al Oeste de Alemania y al Mediodia de la Inglaterra, las costas del mar Arábigo y las del Mediterráneo en Africa, y en Asia las tierras entre España, la Gran Tartaria y el Ganjes.

VI.

Los árabes, versados en la geografía, no consiguieron en la Edad Media que fuesen conocidos en Europa sus trabajos de este género. Fué en la época de las Cruzadas que los venecianos, por el comercio con los Sarracenos, adquirieron noticia de la existencia del Nuevo Mundo, sobre que hizo investigaciones científicas un célebre hijo de Venecia.

VI.

Centuria y media despues. "Juan I de Portugal dispuso que varios buques, navegasen sobre la costa occidental del

Africa: esta expedicion dobló el cabo de Non conocido entónces como último término navegable y se adelantaron hasta el cabo Bojador que temieron doblar. Las escursiones de los portugueses en tiempo de D. Enrique, duque de Viséo, y la proteccion que declaró á estas empresas uno de los hijos del rei D. Juan, vivificó y alentó el espíritu de navegacion, hasta el punto de preparar y por su medio conseguir el descubrimiento de la América. En varias de las últimas de esas expediciones iba el navegante que debia inmortalizar su nombre y que habia de adelantar en fama los claros nombres de Vasco de Gama, Almeida y Alburquerque."

VIII.

Mas, ese navegante que pudo en este ramo llevar á mayor altura el nivel del esclarecimiento de su nombre, el ilustre genovés CRISTOBAL COLON, poseia y tenia estudiado, otro dato mas antiguo y mas importante, del cual él partió para formar el proyecto de la magna navegacion occidental, en demanda de la India y con la esperanza de hallar al paso otras tierras.

El mas antiguo y mas importante dato aludido, es éste:

"Por los años de 1269, de la éra cristiana, inmortalizó su nombre MARCO PoLo, que habia sido para entonces el mas célebre de aquellos intrépidos exploradores terrestres.

"Residió veinticinco años en los países que habia sometido Genjis-Khan, y que entonces regian los sucesores de este famoso conquistador; y ya en 1302 volvió á su patria, Venecia, con tesoros inmensos.

"El fué quien dió el nombre de Cathai al citado Imperio. Escribió un libro para hacer conocer las grandezas de la India, de la China, etc., y habló de la poderosísima ciudad capital Cambalú ó Pekin, residencia del Gran-Khan. Ponderó la riquísima isla de CIPANGO, situada despues de aquel Imperio; y tal y tan grande pintó ser esa riqueza de CIPANGO, que aseguraba que el Palacio del Emperador estaba forrado interior y exteriormente con láminas de oro. Respecto á los diamantes y demas piedras preciosas, así como á las resinas, perfumes, etc., etc., decia MARCO POLO, que existian en tal abundancia en CIPANGO, que parecia fabulosa.

"En la época de la llegada de los españoles á Méjico, dice un historiador, poseia el país un inmenso número de manuscritos y se ocupaban en pintarlos muchas personas cuya habilidad causó asombro á los conquistadores. Por desgracia, á esta primera sensacion sucedieron otras ménos dignas; pues la extrañeza de los caracteres desconocidos empleados en esos manuscritos, excitó sospechas hasta el punto de creerlos fórmulas mágicas y en breve los vieron, del mismo modo que los ídolos y los templos, como los símbolos de una supersticion contagiosa que era necesario extirpar."

El primer Arzobispo de Méjico, Don Juan de Zumarraga, cuyo nombre merece la triste inmortalidad de Omar, reunió las pinturas-manuscritos existentes en todos los puntos del país y principalmente en Tezcuco, que era la ciudad mas culta del Anahuac y el gran depósito de los archivos nacionales, y despues de haberlas hecho amontonar, como una montaña, segun la propia expresion de los escritores españoles, en la plaza del mercado de Tlatelolco, las redujo á cenizas! Uno de sus compatriotas mas

ilustre aún, el Arzobispo Jimenez, habia celebrado idéntico auto de fé con los manuscritos árabes en Granada, veinte años antes.

La total destrucción de tantos monumentos curiosos de la inteligencia humana fué un doble triunfo del fanatismo; y si contemplamos con indignacion las crueldades que ejercieron los primeros conquistadores, esa indignación se cambia en desprecio cuando los vemos apagar con los piés los destellos de la ciencia, patrimonio del género humano. A la verdad podria preguntarse quién era mas salvaje, si el vencedor ó el vencido." (*)

La Providencia, pues, depositó en este Continente gérmenes de civilizacion que se desenvolvieron en proporciones mas ó ménos considerables, como lo atestigua la existencia de naciones cultas y aún de poderosos imperios; á la vez que, por un extraño contraste erraban en los bosques y en las islas cercanas, tribus de las razas primitivas en el estado salvaje. De esta manera hácia el Norte los Toltecas, los Chichimecas y los Aztecas eran vecinos de los Caribes de las Antillas y los unos disfrutaban de los beneficios de la civilizacion, mientras los otros yacian en la barbarie, unos tenian por capital á Tenochtitlan ó Méjico, con 160.000 almas de poblacion, mientras otros vagaban por montañas vírgenes, que cubrian vastas regiones; unos tenian arcos de triunfo, otros bóvedas de verdura... ¡Contras tes singulares, dignos de las meditaciones de los sábios!

¿Quién condujo todos esos pueblos á este Continente? ¿De dónde vinieron? ¿Cómo principió su civilizacion? ¿Con qué elementos se formaron y constituyeron esas naciones, esos grandes imperios? ¿Quién les enseñó la arquitectura en que sobresalian, la pintura, la escultura, la astronomía, la escritura geroglí fica, el arte de construir caminos, acueductos, canales, fortalezas, etc., etc., y el arte aún mas difícil de gobernarse? ¿Cuáles eran sus costumbres, sus creencias religiosas, su fé política? ¿Cuáles sus Dioses?.. Sabemos que sacrificaban víctimas humanas cómo los Druidas en las Galias ¿pero qué Dioses querian hacerse propicios? propicios? ¿Qué les pedían? ¿En qué forma...? Lo ignoramos casi del todo, y sin embargo de que solo han

(*) W. H. Prescott. Conquista de Méjico.

pasado tres y media centurias de la Conquista, nos es imposible reanudar la tradicion, limitándonos á conjeturas, fundadas en fragmentos de manuscritos, en tal cual inscripcion y en las ruinas de los monumentos.

¡Tan completo así fué el exterminio de los habitantes y de sus obras! ¡Ese el presente de la civilizacion europea á la Virgen del mundo, América inocente!... (*)

Grandes investigaciones se han hecho acerca de las antigüedades aún existentes que asombran la imaginacion del viajero; pero hasta ahora la ciencia y la historia no están satisfechas, pues les falta algo de más profundo y de más completo, no habiendo podido dar sino imperfectas soluciones á las preguntas preinsertas.

Mas si la semejanza de los objetos materiales pone de manifiesto la relacion existente entre las naciones americanas y las del Antiguo Mundo ¿qué diremos de las ideas morales, políticas y religiosas?

Presentarémos en otra oportunidad un análisis comparativo de las leyes de esos pueblos, especialmente de los Aztecas, con la legislación de las naciones del Antiguo Mundo, á fin de poner en evidencia la analogía existente en muchas disposiciones y la superioridad de otras; avanzándonos solo á citar el gran principio consignado en aquellos códigos de que NINGUNA PERSONA PODIA NACER ESCLAVA EN MÉJICO; y ademas la proscripcion del TORMENTO, que contrasta de una manera sorprendente con los ingeniosos sistemas de martirio imajinados por los pueblos mas cultos.

A esos rastros luminosos, podemos añadir los que ofrece la trunca historia política y literaria de las antiguas gentes americanas, para probar en lo posible la unidad de la civilizacion de la raza hu

mana.

El imperio de Tezcuco habia llegado á un alto grado de civilizacion y prosperi dad en tiempo de los Acolhuas, quienes extendieron gradualmente su dominacion sobre las tribus mas salvajes del Norte, mientras que su capital se colmaba de numerosa poblacion, activamente, ocupada en las artes mas útiles y aún en las de ornato de una sociedad culta. En medio de este bienestar fueron asaltados súbitamente por sus belicosos vecinos los Tepanecas, procedentes de la

(*) Quinta.a.