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Ynstruccion que se ha de observar para la prision de Don Antonio Nariño y D. Pedro Fermin de Vargas.

Sabido el paradero de Nariño ó Vargas se tomarán todas las medidas necesarias para su captura de modo que no se malogre esta, escogiendo personas de toda confianza con los auxilios oportunos. teniendo en consideracion que por la noche se practican estas diligencias por lo comun con mayor seguridad.

Verificada la captura se dará aviso de ella al instante por el conducto que sea mas pronto, comunicando al mismo tiempo el Camino, ó parages de su conduccion á esta Capital.

En seguida se dispondrá su remision con la correspondiente seguridad de prisiones y hombres que puedan resistir qualesquiera acometimiento de otros para quitarsele.

En lo posible se evitará pasar por los Pueblos, y en los parages de tránsito ó descanso no se le perderá de vista á ninguna hora, ni se le permitirá comuni cacion con persona alguna.

Su remision no será con el nombre de Don Antonio Nariño ni de Don Pedro Fermin de Vargas, sino con el de Monsiur Lebruc dando á entender que es un reo de consideracion.

Será una de las principales precauciones recogerles qualesquiera papeles, cifras, apuntes, ó libros practicando exacto reconocimiento hasta del vestido que lleben.

Si con ellos se hallase alguna persona que los acompañe, se hará lo mismo en captura, reconocimiento y remision.

Si pasase por alguna parte donde se sospeche que puede haber inconveniente, se variará el camino, tomandose la precaucion de embiar adelante persona de confianza que adquiriendo noticias comunique las que sean conducentes.

Si en la jornada se necesitase algun auxilio de armas gente ó dinero, lo pedirá á las Justicias, ó qualesquiera personas, los quales se los franquearán con prontitud, y sin escusa, quedando responsables en caso de no hacerlo de que se les impondrán las rigurosas penas que

merezcan.

Un dia antes de entrar en esta ciudad dará aviso el conductor para que se le comuniquen las ordenes oportunas en terminos que sin detenerse en el camino, llegue con anticipacion el aviso.

El Juez ó persona á quien se dirija esta instruccion tomará con reserva quantas noticias sean imaginables para descubrir el paradero de Nariño y Vargas y quando sea imposible su captura á lo menos avisará lo que supiese.

A el que hiciese esta prision se le ofrece á nombre de S. M. la recompensa proporcionada á las circunstancias en que sea ó de un destino proporcionado, ó quatro mil pesos.

Si se viese que de la prision de Nariño resultará conmocion en el Pueblo, se suspenderá y comunicará lo conveniente sin perder tiempo.

Si para los gastos de captura, y conduccion no huviese de penas de camara, se suplirá de cualesquiera modo, en inteligencia de que se pagarán sin demora.

Las señas de Vargas son las siguien tes: Buena disposicion de cuerpo como de seis pies, color trigueño, pelo negro grueso, ojos y cejas negras, pobladas y arqueadas, nariz larga, y algo corba, abultados los juanetes de los pies, y un poco estebado, de 34 á 38 años.

Y las de Nariño en la forma siguiente. Buen cuerpo, blanco, algunas pecas en la cara, ojo quencudo, ó saltado, pelo rubio claro, boca pequeña, labios gruesos y belfos, abla suave, tono bajo y algo balbuciente, de 34 años.

Así mismo el Comisionado obrará muy reservadamente y dará puntuales noticias si por desgracia advirtiese alguna cosa, produccion, medio, ó disposiciones dirigidas á turbar la tranquilidad pública; procediendo con prudencia á cortar en su origen, si fuese posible, semejantes perjudiciales novedades.

Santafé 18 de Julio de 1797. Es copia. Santafé 19 de Agosto de 1797. Alba.

208.

SE PRESENTA NARIÑO A LA AUTORIDAD REAL.

Aflijido Nariño en su escondite, confia en el Arzobispo de Santa Fé Don Jáime Martinez Compañon. Por su mediacion obtuvo del Virey la promesa de que no se le impondria pena corporal, descubriendo lo importante que supiera acerca de la revolucion que se tramaba ramificada desde Carácas.

En efecto, confiado Nariño, por debi lidad ó á fuer de honrado, se entregó del modo que espresa el documento siguiente.

En la ciudad de Santa Fé despues de las oraciones de este dia diez y nueve de Julio de mil setecientos noventisiete, Don Antonio Nariñe conducido por Don Pedro Chavarri Secretario del Illmo. Señor Arzobispo de ella, hasta la puerta principal del Palacio Virreynal, donde lo recibió el Señor Don Juan Hernandez de Alba y condujo á una de sus salas, compareció ante el Exmo. Señor Don Pedro Mendinueta Virrey del Reyno; y dijo, que bajo de el seguro prometido á S. Y., manifestaria quanto supiese desde que salió de Madrid hasta el dia, sin faltar en nada á la verdad, sus ideas y proyectos, el estado actual de ellos, los efectos que hubiesen producido, y finalmente quantas noticias le pidiese S. E., quien ratificó de nuevo el seguro referido en la firme inteligencia de que no ocultase, ni disimulase cosa alguna de quanto pudiese servir para la tranquilidad publica, pues de otro modo, á pesar de su piedad y conmiseracion, usando de las altas facultades que las leyes le franquean se veria en dura, pero precisa necesidad, de usar con el referido Nariño de el rigor que las mismas previenen para iguales casos.-Pedro Mendinueta. Antonio Nariño. - Juan Hernandez de Alba. Inmediatamente conduje á Don Antonio Nariño á el Quartel de Cavallería en donde quedó arrestado con los encargos correspondientes de vigilancia para su seguridad.—Alba.

Es copia. Santa Fé 19 de Agosto de 1797.-Alba.

209.

EL CAPITAN GENERAL DE VENEZUELA AVISA AL VIREY DE SANTAFÉ QUE HA SIDO DESCUBIERTA UNA REVOLUCION REPUBLICANA

EN CARÁCAS.

Reservada.

Excelentísimo Señor.-Ha sido descubierta una revolucion general en estas Provincias dirigida á trastornar el órden público para erijirse en República independiente. Asegurado uno de los Reos Don Manuel Montecinos y Rico, se hallaron entre sus papeles, la Instruccion ó Plan para los generales y xefes, el Decreto convocatorio, una Cancion titulada Soneto Americano, y otro papel con varias cifras de las quales ha podido entenderse una que dice así:-En Santafé se cree ya todo listo, en España no se

duda, y los anuncios provistos, no dexan la menor duda:-Es presumible mantengan correspondencia con ese Reyno, y principalmente con su capital, maxime hallándose acusado Don Manuel de Ayala Capitan de Infantería retirado Primo hermano de Don Josef de Ayala natural de esa Ciudad, y uno de los Reos compli cados en el grave suceso del esparcimiento del Papel Los derechos del hombre, de que me dió aviso el Excelentísimo Señor Don Josef de Ezpeleta antecesor de V. E., quien con estas luces podrá tomar las providencias que á su perspicacia parezcan oportunas á contener el mal, si como recelo hubiese contagiado á algunos malos Españoles.-Entre los Reos descubiertos son Don Manuel Gual Capitan de Infantería retirado, y Don Josef de España que han hecho fuga: las señas del primero: estatura regular, bien formado, aire marcial, color trigueño, ojos vivos, boca grande, lábios belfos, cerrado de barba, y con hoyo natural en ella, frente espaciosa, pelo propio con entradas, piernas bien formadas, y su aspecto de quarenta años ántes mas que ménos, habla bien y con propiedad, es hombre de modales cultos. ha servido mas de treinta años desde la clase de Cadete hasta la de Capitan del Batallon Veterano de esta Provincia, ahora estaba retirado, llevaba el vestido de tal, pero verosimilmente usará el de Paysano; le acompaña un criado. -Las del segundo: alto de cuerpo, un poco cargado de espaldas, color trigueño, ojos chicos, y zumidos, cerrado de barba, los juanetes de la cara bastante sacados y chupado de carrillos. Por si la aprehension de Don Manuel de Ayala, que tengo mandada hacer, no se lograse mediante á que se halla ausente de esta Capital, y no tengo aviso ninguno del comisionado al intento, é importando su captura como V. E. puede conocer, espe cialmente por la relacion de parentezco indicada en ese Reyno, le hago presente que sus señas son estas: pequeño de cuerpo bastante fornido, color trigueño que tira á amarillo, lleno de cara, cerrado de barba, ojos algo grandes, y vizco especialmente del uno, cargado de espal das, nariz afilada, frente un poco esparcida, pelo propio, bien empernado, y por accidente manchado el cuerpo y las manos, por lo cual suele usar guantes: su clase, y uniforme como Gual, aunque debe inferirse se disfrace de los modos mas extraordinarios: su voz es algo ron

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Por los correos de la Coruña, se fueron conduciendo á esta Provincia Juan Picornell, Josef Lax, Sebastian Andres y Josef Cortés, reos de Estado, y ponién dolos en la cárcel de la Guayra, con estrechos encargos al comandante de la Plaza sobre su seguridad, y absoluta incomunicacion qual convenia á su grave delito, y estava encargada por S. M. las ordenes que me havia comunicado el Exmo. Sor Governador del Rl. y Spmo. Consejo de Castilla.

en

La improporcion y falta de ocasiones para Portovello, y Panamá, y la gran distancia, y dificultad, que hay para conducir por tierra á unos delinquentes de tanta gravedad, me obligó á disponer, que Picornell, y Cortés el primero y el último que llegaron, permaneciesen en otra cárcel hasta ver si se presentaba alguna embarcacion de tal qual segu ridad en que remitirlos á Cartagena, cuya navegacion por ser tiempo de Guerra y estar las costas inundadas de corsarios enemigos, se halla interceptada.

Por lo que toca á Lax, y Andres previne al comandante de la Plaza de Puerto Cavello preparase, y dispusiese calabozos en que ponerlos con la seguridad é incomunicacion tan encargada, en efecto hizo componer una de las Bóvedas del castillo de San Felipe único parage en que pueden estar, y me avisó: á este tiempo se dejaron ver las dos fragatas

de Guerra Inglesas al mando del commodoro Hug-Pigot, que tuvieron bloqueado el Puerto de la Guayra, y privada la navegacion desde él al de Cavello por muchos dias, y fué necesario esperar quedase libre para poderlos conducir.

Luego que se tuvo noticia de estar la Costa libre de enemigos, vino de Puerto Cavello una de las Lanchas armadas del corso, que pedí al Intendente, y me franqueó, en la qual se condujo á Josef Lax; pero la misma noche que salió este de la Guayra, que fué el 4 de Junio próximo, hicieron fuga, ó se les puso en libertad á Picornell, Cortés, y Andres, y haviéndose descarriado de los otros Andres, se dirijió á esta capital en solicitud del Cónsul de la Nacion Francesa, y teniendo por tal al Interprete de Lenguas Don Josef Manuel Enriquez se le presentó, y este honrado Hombre me dió aviso al momento, y logré su captura, asegurándolo en un fuerte calabozo, en donde permanece para seguir á su des

tino.

De la averiguacion hecha resulta fueron extrahidos de los calabozos por el Sargento de Milicias de Pardos de Artillería de la Guayra comandante de la guardia de la cárcel que los custodiava, cuio proceso continúa Don Pedro de la Rosa, Capitan del Batallon Veterano; oficial activo y de acreditada integridad é inteligencia; y he hecho cuanto cabe en lo posible, por lograr la captura de Picornell, y Cortés, ofreciendo premios, pero todas las diligencias han sido hasta ahora en vano, pues ni siquiera he podi do conseguir el rumbo que haian tomado.

Es inexplicable el disgusto que ha causado á mi acreditado celo por el ser vicio del Rey mi amo, que ya al concluir, ó hacer entrega de este mando, para el que está nombrado por mi sucesor Don Juan Butler, haia sobrevenido una ocu rrencia tan inesperada, pero como Yo no resido en la Plaza de la Guayra, no me era posible practicar otra cosa que reiterar á su comandante, como lo hice á la llegada de cada reo la seguridad, incomunicacion, y vigilancia que con ellos debia tener.

Dios gue á V. E, ms as.-Caracas 19 de Julio de 1797. Exmo. Señor.

Pedro Carbonell. Exmo. Señor Príncipe de la Paz.

211.

EXPOSICION DE NARIÑO ANTE EL VIREY DE SANTA FÉ.

En virtud de lo que tengo ofrecido á V. E. por medio del Ilmo. señor Arzo. bispo y que consta de la diligencia practicada en la noche del 19 del corriente, con anuencia del señor Oydor Don Juan Hernandez de Alba, paso á exponer sen. silla y veridicamente quanto contemplo conducente al mejor servicio de S. M. (que Dios guarde) declarando con la confianza que me debe inspirar su soberana bondad, todo lo que he practicado desde mi ausencia de Madrid hasta mi presentacion en esta ciudad, para que la noticia de mis yerros pueda concurrir al mantenimiento del buen órden y seguridad de estas provincias.

Despues que me presenté en Madrid solicitando el que se me oyese en la causa que por esta Real Audiencia se me havia seguido para dar mis descargos; viendo que pasaba tiempo y que no podia conseguir ninguna providencia que si quiera me pusiese á cubierto de la sentencia que contra mi se habia pronun ciado en esta ciudad, comenzé á temer. No sabia que partido tomar; por que desamparar la corte en un tiempo en que podia hacer ver mi inocencia, no era un partido prudente; y exponerme á que por algunos acontecimientos que no puede preveer la prudencia humana, se me fuera á confirmar una sentencia peor que la misma muerte, era temeridad. Yo consideraba mi honor ultrajado, mi familia en el ultimo desamparo, y expuesto á pasar el resto de mis dias en un presidio y en el abandono. Asi vivia agitado con tan tristes consideraciones quando se comenzó á rugir la guerra con los Ingleses. Asaltóme el terrible pensamiento de haber encontrado en esta noticia un remedio desesperado, y así me propuse pasarme á Francia, aguardar allí la determinacion de la causa sin riesgo, y en caso que se confirmara la sentencia seguir á Inglaterra, y uniendome á esta nacion enemiga, abrirme por fuerza una puerta que la injusticia á mi ver, me havia cerrado. El pensamiento era demasiado desesperado para ponerlo al instante en ejecucion, y de una naturaleza que no me permitia consultarlo con ningun viviente; pero viendo que pasaba tiempo y aumentandose mis recelos por algunas noticias

que tuve, determiné de pronto el ponerme en salvo pasandome á Francia. (numero 1o) Habia antes solicitado dos mil pesos fuertes (número 2o) y con algunos cortos reales mas que me quedaban de lo que habia llevado, me puse en camino (número 3o)

Desde Francia escribi á Madrid (número 4o) suplicando que instaran á mi apoderado para que no dejase de pedir continuamente sobre el curso de mi causa, que yo esperaba que en la corte no se notaria mi falta, y que así podria volver á la primera noticia favorable que tuviese. Pasé en Francia cerca de dos meses sin tener ninguna noticia, siem pre vasilando en la suerte de mi familia y en mi desesperado proyecto. Todo este tiempo lo emplee en correr los Tribunales, en examinar algunas de sus nuevas leyes, su constitucion, y la historia de su revolucion, procurando adquirir cuantas noticias pudieran ilustrarme sobre estos puntos. La proximidad de la declaracion de la guerra y la noticia que tuve de que á un Guardia de Corps que estaba allí con licencia, lo havian preso por ir sus cartas con otro apellido, me hizo anticipar mi marcha á Londres, por hallarme en el mismo caso que el guardia, y porque si me cogia en Francia. la declaracion de la guerra me seria difici el pasar á Inglaterra. Antes de partir escribi á Madrid diciendo que pasaba á aquella corte por curiosidad, ya que estaba tan cerca y sin tener que hacerme (número 5o).

En Londres me presenté como un comerciante Español, y por tal pasé con los Españoles que estaban allí. Escribi á mi llegada á nuestro Embajador, visité al Consul y vivi con un Americano (número 6o) y ninguno llegó á trascender mis ideas, ni los pasos que di. Al prin cipio segui como en Francia instruyendome del modo posible en la constitucion Inglesa, sus fuerzas de mar y tierra, sus fondos; su deuda nacional etc. Publicose el tratado de alianza entre Francia y España, y al instante se tuvo este tratado por una pública declaracion de guerra contra la gran Bretaña, por uno de sus artículos en que solo se esceptua esta nacion de la neutralidad de España. Supe en este tiempo que se daban providencias para atacar las Filipinas, cuya noticia comunico por si acaso llega todavia en tiempo que pueda ser de alguna utilidad.

Estando las cosas en este estado crei que debia comenzar á dar algunos pasos,

y con este fin pasé una esquela al Ministro Pitt diciéndole en sustancia: Que era un Americano Español, que tenia que tratar asuntos de entidad con el Ministerio, y que para esto solicitaba tener una audiencia pribada con él. No tuve contestacion. Repeti otra y tuvo el mismo exito. Entre tanto habia adquirido amistad con dos Ingleses el uno llamado Campbell y el otro Chort negociantes mui distinguidos de Londres. Descubrime con ellos para conseguir por su medio la audiencia que solicitaba del Ministro, y convenimos en hacer juntos un paseo al campo para tratar el asunto con madurez y desembarazo. Despues de muchas conferencias quedamos en que la cosa no se habia de tratar con Pitt, sino con el Lord Liberpoul Ministro de Estado, con quien ellos tenian amistad, y que por primera vez solo se habia de hablar al Ministro en estos términos: que habia en aquella ciudad un Americano Español que estaba sumamente resentido de su nacion segun les habia dicho, que ellos le habian sondeado su disposicion y que creian que en las circunstancias actuales no seria un paso fuera de propósito el que el Ministerio lo hablase. Hízose la cosa en estos términos, y el Ministro recibió mui bien la noticia y el pensamiento, pero les dijo que este paso no se podia dar hasta la declaracion de la guerra, porque podia ser alguna espía que iba á tantear la disposicion del Ministerio. Quede tranquilo con esta respuesta, pero no lo quedaron los dos Ingleses que me veian diariamente sin perder ocasion de hablarme sobre el asunto. Para no cansar con la relacion de todo lo que me pasó con ellos solo diré: que conocí que sus miras se estendian á sacar de mi todo el partido posible aun quando no tuviera efecto mi solicitud. Con todo, no pude prescindir de manifestarles un estado de las fuerzas del Reyno, de su poblacion, y de sus frutos; lo primero para hacerles ver que procedia con conocimiento, y que mi plan no era aventurado; y lo segundo para moverlos con el interes de las grandes ventajas que se ofrecian á su comercio, á que accedieran á mi solicitud. Les hice ver tambien que estando acostumbrados á las producciones de Europa, y no teniendo fábricas ni manufacturas, era indispensable que una nacion de Europa nos proveyese de todo, y que así aun quando yo procediese de mala fé, la necesidad nos habia de obligar á comprarles todos

los géneros manufacturados y á venderles las materias primeras que no podiamos manufacturar. Pero al mismo tiempo les pintaba las grandes dificultades que tendria qualquiera nacion de Europa que nos quisiese tomar por fuerza, así por lo áspero y espantoso de los caminos y lo mortífero del clima, como porque reuniendose las tropas veteranas á las Milicias y á los paisanos, y retirandoles los viveres, era imposible el que pudiesen penetrar.

Ne

Vino en fin la noticia de la declaracion de la guerra y se me propuso abiertamente en nombre del Ministro; que siempre que redujera mi solicitud á entregar el Reyno á la gran Bretaña tendria todos los auxilios necesarios; que propusiera por escrito todo quanto contemplara conducente á este efecto, bien fuera para que se hicieran los armamentos en Europa ó bien en las colonias á donde se darian las ordenes correspondientes al Gobernador, y se aprontaria una Fragata de quarenta cañones para que me transportara con seguridad; que en caso de un mal exito tendria un asilo en la Inglaterra, y si la cosa salia bien podia. prometerme una fortuna brillante. gueme enteramente á esta propuesta por que jamas fué mi animo solicitar una dominacion extrangera, y reduje mi solicitud á solo saber si en caso de una ruptura con la metropoli nos auxiliaria. la Inglaterra, con armas municiones y una escuadra que cruzase en nuestros mares para impedir el que entrasen socorros de España, á condicion de algunas ventajas particulares que se les ofreciePrecediesen sobre nuestro comercio. ron algunas pequeñas circunstancias, y apurando yo con que me iba á marchar, se me respondió que siempre que se pusiera en ejecucion la ruptura con la España durante la guerra, contasemos con todos los socorros de armas, municiones, y una escuadra que no solo cruzaria nuestros mares sino que bombardearia á Cartagena si era menester, para que atacandola al mismo tiempo por dentro se rindiera, y sirviera para socorrer el interior con anticipación. A este fin se me dieron las direcciones siguientes: Por Hamburgo "Herman Dr. Goverte". Por Guersey "Jupper y Broch". Por Jersey "Ricardo Budd". A Londres "Mist Campbelland Aderson Wannfort eg Tropmorto nst. núm. 4° Mist. Bartholome Chorteg Idm."

En todo el tiempo que

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