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tan grande, pues la menor insinuacion suya hubiera bastado para que fuese en el dia el teatro mas sangriento de la América, si no hubiese pospuesto su interes particular al general de la humanidad, poseido de temor de Dios, lleno de respeto á V. M., y de amor á sus semejantes, y no satisfecho con esto suplicó al obispo se interesase en un perdon general, con lo que á porfía se echaban aquellos infelices á los pies de V. M. á implorar el de sus fragilidades con lágrimas de verdadero arrepentimiento, de todo lo cual daba cuenta dicho Prelado en el mismo barco, pero apresado por los ingleses se echaron los pliegos al agua; y pues un momento desgraciado no debia destruir 20 años de servicios sin nota, pidió se le permitiese el pasar á esta Corte para informar de lo ocurrido, y hallar en V. M. toda benignidad y clemencia.

LXXVI

se

"En 16 de Agosto informó la Audiencia de Carácas que Ronan fué el primero que se declaró ántes de publicarse el indulto cuando no habia procedimiento particular contra él, lo que importó mucho para adelantar el descubrimiento de los reos: contribuyó á desconcertar sus medidas; y manifestaba que nunca estinguió en su corazón el amor y fidelidad aunque le oscureció por algun tiempo en los festines é instigaciones con que los principales autores preocuparon á muchos jóvenes como Ronan, aturdiéndolos con esperanzas lisonjeras, y con la amenaza de darles muerte si descubrian el secreto, cuyo terror le sobrecojió; pero que tenia tanto horror á aquel teatro de su desgracia que pidió se le sacase á otra parte, ó permitiese venir á España, y estimado conveniente se presentaria al Gobernador de Cádiz.

LXXVII

"Larruleta, Goenaga y Mendiri, hicieron tambien presente en 27 de noviembre que fueron conducidos con otros dos en el Balan Corsario el Volador sin mas delito que haber sido comprometidos con artificio en la revolucion tramada por Don Josef España que les citó á su casa la noche del 11 de junio, y les persuadió Gual á unirse con la gente de color que estaba en un fermento terrible con motivo del arresto de la Guardia

que custodiaba los reos de Estado prefijados para no ser víctima de su furor á ejemplo de lo acaecido en el Guárico.

LXXVIII

"Que vituperaron esta estraña arenga de Gual, y asombrados de ver sentados junto á él dos milicianos pardos se salieron sin hablar mas palabras, resueltos á no perderles de vista para atajar sus perjudiciales intentos.

LXXIX

"Que en la noche del 14 los volvió á solicitar España, y se juntaron hasta el número de 14, con motivo de la prision de los hermanos Ricos, y reprobaron otra vez sus ideas horrorosas; y publicado el indulto en La Guaira el dia 22, se delataron manifestando cuanto sabian, logrando el Gobierno orientarse de todo y asegurar los delincuentes; pero en la noche del 29 de agosto se les intimó su embarque inesperado, dejando su mujer, é hijos en un triste desamparo, mas con el consuelo de haber sido libertador de la patria; y en prueba de que no les acusaba ningun delito interiormente dicen, que habiendo sido prisioneros por una division de la escuadra del almirante Hood en la altura del cabo de San Vicente, resolvió desembarcarlos en Gibraltar, ó Lisboa, y le suplicaron con la mayor vehemencia que fuese en Cádiz ó su costa, como se verificó despues de mucha repugnancia, habiendo sufrido inauditos trabajos en ochenta dias de navegacion con absoluta escasez de víveres, y agua, naufragios, y pérdida total de equipajes é intereses, sin que por esto se desentiendan de justificarse bajo los trámites regulares.

LXXX

"Añadiendo en otra representacion sin fecha, que llegados á Cádiz se presentaron á su Gobernador, quien por los buenos informes que le dió el capitan que los condujo, los mantuvo libres el primer dia exijiéndoles una fianza para lo sucesivo que al punto la facilitaron, pero luego se les intimó el arresto en el castillo de Santa Catalina donde contitnuaban con el mayor rigor.

LXXXI

"Que no han sido reos cómplices, ni sospechosos de lo que se proyecta en la

Guaira, pues la Audiencia de Carácas sabe ya quienes fueron los autores, y así los tuvo por buenos vasallos, y merecieron su confianza hasta el 23 de agosto.

LXXXII

"Que son inculpables como lo harán ver con la mayor evidencia, pero que no pueden dejar de admirarse de ver quebrantada la palabra mas eficaz que hai entre los hombres, y sin inmunidad el mayor asilo que han conocido las naciones; los indultos publicados en La Guaira ofreciendo en ello el perdon á los culpados, y declarando por buen vasallo al que delatase á los cómplices; y sin embargo de esta seguridad, y ga rantía la mas sagrada, fueron los exponentes desterrados, y en España se les arresta en un castillo de modo, que quedando sin efecto dicho indulto ha venido á ser ilusoria desde el momento en que se decretó el destierro la seguridad ofrecida, haciéndose el mayor desaire á una real palabra; y aunque no hubiera mas inconveniente que este, bastaria para que se derogase aquella órden, y se hiciere ver el desagrado con que V. M. la mira, pues siendo el Monarca mas religioso que conoce el mundo, y el mas fiel á sus pactos, no puede oir con indiferencia que se falte á lo prometido en su Real Nombre, hecho que seria escandaloso y de mui mal ejemplo.

LXXXIII

"Que la esperiencia enseña que toda clase de culpados, que tienen la buena suerte de lograr el indulto de V. M. viven seguros, y nadie se atreve á variar lo que se ha ofrecido en su real nombre, como se ha visto en España, América y en lo restante del globo á dónde se estiende el dominio de V. M. y aun en el dia hai en el mismo Cádiz el ejemplar estraño de que á los negros del Guarico que eran esclavos, se permitia el uso de todos los distintivos de la milicia hasta el de teniente general, solo porque Don Gabriel de Aristizabal les dió estas insignias en el real nombre de V. M. para que no se verifique una sola vez que han sido ilusorias sus promesas; lo que se hacia mejor lugar en los que no tienen delito como lo harian ver.

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| presentó desde La Guaira en 15 de marzo que tiene dos hijos de este y seis del primer matrimonio todos en edad pupilar que vivian de su corto sueldo y arbitrios, que todos faltaron en su ausencia, y embargo de bienes, aumentando su desconsuelo la nota de infamia, de que se tuviese en un castillo de Cádiz sin habérsele oido y convencido en juicio, estando de por medio un real indulto".

Nota. Habrá de notarse que el Resúmen anterior comprende una parte del asunto que se encontrará en documentos que han de aparecer en números siguien tes; por lo que debemos esplicar, que esto consiste en que la Mesa del Ministerio de Estado informante, abarcó con los puntos correspondientes á 1797, algunos de 1798, en cuyo año fué que se hizo el Resúmen; y hemos creido que para facilidad del estudio histórico es en este lugar donde conviene mas la colocacion de todo el largo extracto que antecede.

231.

1799.

EXPOSICION ARRANCADA Á JOSÉ MARIA DE ESPAÑA ESTANDO EN CADENAS.

El que me condujo de Trinidad á Barcelona fue Chazin pardo que tiene una pariente en Barcelona nombrada la Natera; el creo que está avecindado en Cumaná, y hace viage de mulas á las Colonias extrangeras: este me solicitó pasage para Unare el dia siguiente á mi llegada á Barcelona, en una canoa que se dirigia á aquella Costa á hacer pesqueria. El patron de esta canoa, era un indio del Pueblo de Clarines nombrado Santa Ana, que hacia pesqueria en aquel tiempo en el rio de Unare.

La casa en que estube escondido en el Cardonal es la de Felix Farfan negro libre que conocia anteriormente.-Caracas 4 de Mayo de 1799.

Jph María de España.

232.

SENTENCIA DE MUERTE CONTRA JOSÉ
MARIA DE ESPAÑA.

En la Ciudad de Carácas á 6 de mayo de 1799 años: Los Señores Presidente,

Regente y Oidores de esta Real Audiencia, teniendo presentes los autos formados con motivo de la sublevacion que se intentó en estas Provincias, y se descubrió en la noche del 13 de julio de 1797, y señaladamente las muchas graves repetidas providencias que se han dado, diligencias hechas en estas Provincias, y eficaces oficios que se han pasado á las Islas extrangeras para aprehender las personas de José María España, reo principal de la causa, hasta la declaracion de su proscripcion, of reciendo crecidos premios á cualquiera persona que lo entregase vivo ó muerto; sin embargo de lo cual, y de haber tenido el mismo reo noticia puntual de todo, ha permanecido obstinado en el horroroso designio de llevar adelante la conjuracion hasta consumarla, sin perdonar á este detestable fin los pasos y contínuas diligencias que manifiesta él mismo en su confesion expresiva de lo que ha hecho en las Islas de Curazao, Guadalupe, San Bartolomé, San Thómas, Santa Cruz, Martinica y Trinidad, desde la cual viendo frustrados sus esfuerzos, no dudo volver temerariamente al Puerto de la Guayra, en el cual ha permanecido desde los últimos dias del mes de enero de este año con cuantas precauciones pudo tomar para no ser descubierto, pero adelantando el plan de la rebelion, formando instrucciones revolucionarias para excitar y conmover los ánimos de los vasallos de su Magestad á romper el juramento de fidelidad, y á trastornar el sistema establecido y las leyes de la Monarquía, con resolucion incontestable de trastornar el órden público, sin detenerse en la consideracion de los males gravísimos que debia esperar de semejante empresa, el derramamiento de mucha sangre inocente, los robos, los incendios, la ruina de las familias, el desórden, la confusion y la anarquía, con todos los otros funestos males consiguientes á ella, y especialmente el agravio y menosprecio de la Religion, á todo lo cual ha preferido este reo sanguinario sus opiniones y deseos particulares en todos y cada uno de los pasos que ha dado, é instigaciones que ha hecho para llevar adelante su traicion, concluyendo él mismo por un efecto de la verdad á que no ha podido resistir, y del convencimiento insuperable que resulta contra él de estos autos, que no ha tenido causa ni motivo que le haya impelido a tantos excesos, dijeron: que en consecuencia,

confirmacion y execucion de las mencionadas providencias dadas anteriormente contra el expresado reo José María España, debian mandar y mandaron que, precedidas sin la menor dilacion las diligencias ordinarias conducentes á su Alma, sea sacado de la cárcel arrastrado á la cola de una bestia de albarda, y conducido á la horca, publicándose por voz de pregonero su delito: que muerto naturalmente en ella por mano del verdugo, le sea cortada la cabeza, y descuartizado: que la cabeza se lleve en una jaula de hierro al Puerto de la Guayra, y se ponga en el extremo alto de una viga de 30 piés que se fijará en el suelo á la entrada de aquel pueblo por la puerta de Carácas: que se ponga en otro igual palo uno de sus cuartos á la entrada del pueblo de Macuto, en donde ocultó otros gravísimos reos de Estado á quienes sacó de la cárcel de la Guayra, y proporcionó la fuga; otro en la vigia de Chacon, en donde tuvo ocultos los citados reos de Estado; otro en el sitio llamado Quita-calzon, rio arriba de la Guayra, en donde recibió el juramento de rebelion contra el Rey; y otro en la Cumbre, donde proyectaba reunir las gentes que se proponia mandar: que se confisquen todos los bienes que resultaren ser suyos, y se execute: y executado, traigase el proceso para lo demas que corresponda en justicia por lo respectivo á los demas reos; y lo firmaron presente el Fiscal.-Guevara.Quintana. Cortinez.-Azteguieta. — Rafael Diego Mérida, Escribano Real.Señores Presidente Don Manuel de Guevara Vasconcelos.-Regente Don Antonio López Quintana. Oidores, Don Francisco Ignacio Cortinez.-Don José Bernardo de Azteguieta.-Está rubricado.

Corresponde fielmente con la Sentencia original de su contenido, á que me remito.

Carácas 11 de junio de 1799 años.
Rafael Diego Mérida.

Nota autógrafa de J. F. B.

He prestado al Señor Juan Vicente González y no devolvió esta sentencia original, el oficio del Comandante del Puerto de La Guayra Coronel M. Vázquez Telles, participando al Capitan General la distribucion que se hizo de los diferentes cuartos humanos del Señor José María España mandados colocar alli

por la sentencia preinserta y la representacion de la Señora Doña Josefa Herrera pidiendo premio por haber delatado al Señor España en la noche de su aprehension en la cocina de dicha Se

ñora.

Carácas 14 de febrero 1863.

233.

SUPLICIO DE JOSÉ MARIA DE ESPAÑA.

"El 8 de Mayo de 1799, la ciudad de Carácas estaba como vestida de luto: las ventanas y puertas de las casas se hallaban cerradas, y la voz llorosa de las mujeres que rezaban adentro, el tañido de las campanas que tocaban agonía, y el aire pavorose de los unos, grave y apresurado de los otros, anunciaban un acontecimiento singular y terrible.

"Poco pueblo, alguna tropa y niños presididos por sus maestros, ocupaban la plaza mayor, y veian salir con ansiedad extraña, desde la cárcel pública, hoy reemplazada por la casa de Gobierno, un grupo confuso que se acercaba lentamente, compuesto de soldados y de frailes de todas las órdenes, rezando éstos, prestas las armas aquellos; y de hermanos de la Caridad y de Dolores con vino y agua en las manos, ó con un platillo en que recogian limosna, al fúnebre son de estas palabras: "Hagan bien para hacer bien por un hombre que están para ajusticiar." Venia realmente un bulto indefinible sobre una manta levantada por unos hermanos y tirada de vil caballo, con quien hablaban alternativamente dos sacerdotes, y que parecia escuchar con entereza y dejarse ir voluntariamente hácia donde la llevaban. Era don José María de España, que era arrastrado al último suplicio. Tendria como cuarenta años; y sin la blanca mortaja que le envolvia, habríase admirado un hombre de ademan resuelto, de agradable y gentil presencia. Por entre el ruido monótono de las armas, la salmodia del clero, los dobles de las iglesias y el dolorido acento de los que pedian por su alma, resonaba la dura voz del pregonero, que iba delante pregonando la sentencia que le condenaba, del modo siguiente:

"Los Señores Presidente, Regente y Oidores de esta real Audiencia, en consecuencia, confirmacion y ejecucion de las providencias dadas contra José Maria España, reo de alta traicion, mandamos

y

que precedidas sin la menor dilacion, las diligencias ordinarias conducentes á su alma, sea sacado de la cárcel arrastrado de la cola de una bestia de albarda conducido á la horca, publicandose por voz de pregonero sus delitos: que muerto naturalmente en ella por la mano del verdugo, le sea cortada la cabeza y des cuartizado: que la cabeza se lleve en una jaula de fierro al puerto de la Guai. ra, y se ponga en el estremo alto de una viga de treinta piés, que se fijará en el suelo á la entrada de aquel pueblo por la puerta de Carácas; que se ponga en otro igual palo uno de sus cuartos á la entrada del pueblo de Macuto, en donde ocultó otros gravísimos reos de Estado á quienes sacó de la cárcel de la Guaira y proporcionó la fuga: otro en la vigia de Chacon, en donde tuvo ocultos los citados reos de Estado: otro en el sitio llamado "Quita calzon", rio arriba de la Guaira, en donde recibió el juramento contra el Rei; y otro en la Cumbre donde proyectaba reunir las gentes que se proponia mandar: que le confisquen todos los bienes que resultaren ser suyos, y se ejecute; digno castigo de quien tramó contra el órden público, sin detenerse en la consideracion de los males gravísimos que debia esperar de semejante empresa, el derramamiento de mucha sangre inocente, los robos, los incendios, la ruina de las familias, el desórden, la confusion, la anarquía con todos los otros funestos males consiguientes á ella, y especialmente, el agra vio y menosprecio de la religion.-Seño res, Presidente Don Manuel Guevara y Vasconcelos.-Regente Don Antonio Ló pez Quintana.-Oidores, Don Francisco Ignacio Cortines. - Don José Bernardo de Azteguieta. Rafael Diego Mérida, escribano real."

"Cuando hubo llegado España al pié de la horca, el Dr. F. José Antonio Tinedo, su antiguo amigo y que era uno de los sacerdotes que le auxiliaban, le hizo detener, con los ojos bajos, atadas las manos, entre un círculo de oficiales, para que expiase cristianamente un movimiento de orgullo que le habia sorprendido á los aprestos de la muerte. Entónces el Cura de la Iglesia Metropolitana subió con él las escaleras del elevado suplicio, abrazándole y cubriéndole amorosamente con sus hábitos. Aún no habia bajado y ya el reo de lesa majestad agonizaba bajo el innoble peso del verdugo.

"El pueblo, humano, sencillo, aún no acostumbrado á hacer un espectáculo de la muerte, quedó por algun tiempo atónito, inmoble; los niños, espantados, se apretaban unos con otros, al rededor de sus maestros; y muchos, entre los mismos actores, comenzaban á retirarse, mudos y tristes, cuando el sacerdote que habia sondeado hasta el fin el espantoso misterio de la muerte, pálido, visiblemente consternado, subió á una cátedra, que estaba allí y en que no habia reparado nadie.

"Era un hombre alto y grueso, de fisonomía varonil y severa, templada por meláncolica y paternal sonrisa. Su voz, imponente y grave, tornábase a veces en apacible y tierna; lágrimas venian frecuentemente á sus ojos, y ya al terminar su peroracion ardiente, dirijió estas impetuosas palabras al frio cadáver, demudado y cárdeno, pendiente de la horca.

"Dejad, cristianos, que para desahogar mi corazon, me despida un momento del amigo de mis tiernos años, del compañero de mi juventud, del que recojió las efusiones primeras de mi amistad. Dejadme llorar, como David, al nuevo Absalon, que ha perecido colgado de ese árbol funesto: Absalon fili mi..! Satisfecha la vindicta de la magestad terrena, yo no debo acordarme sino del amigo; está ya en las manos clementes de la justicia divina, que le ha recibido en sus brazos al salir de los mios. ¿Qué importa la manera con que murió al que está en el cielo? Quizás, aun á los ojos del mundo, en estos malos dias en que la sangre de los reyes mancha las manos del verdugo, el patíbulo venga á ser un título de gloria... ¿Qué te diré yo, amigo mio, que dé paz sobre los caminos. públicos á tus huesos áridos, y lleve un consuelo á tu inconsolable esposa? Que la mano del hombre no es la mano de Dios; que su balanza no es la de los poderes de la tierra, y que mientras éstos hieren, aquel corona... Yo debo detenerme aquí en medio de la turbacion que domina mi espíritu. Mi fé es de mi rey; dejadme mis lágrimas para mis amigos."

"La turba fué disipándose despues de estas palabras elocuentes y patéticas, que habrian sido temerarias en otros labios que en los del orador fúnebre de Cárlos III. Solo un jóven de ademan resuelto, despues de haber oido con profunda atencion al doctor Vicente Echeverria, (éste

era el orador,) asistió en la plaza con aparente estoicismo, á la bárbara carnicería del verdugo, en cumplimiento de la sentencia. Estaba el mozo en la flor de sus años; era de gallarda estatura, de figura marcial y seductora. A veces se amontonaba una tempestad sobre su frente encapotada y sus ojos lanzaban relámpagos. Al fin pareció turbarse, fijó la vista sobre el desnudo suplicio, y como agitado de funesto presentimiento, soltó las riendas á su caballo y corrió sombrío por las solitarias calles de la ciudad.

"Así nos cuenta un contemporáneo la tragedia que puso fin á la revolucion de Gual, España y Rico, y la impresion profunda que hizo en el espíritu impetuoso de José Félix Rivas.'

234.

INFORME DEL CAPITAN GENERAL DE VENEZUELA SOBRE LA APREHENSION Y CADALSO DE ESPAÑA.

Exmo. Señor.

En el dia 6 de Abril proximo en que fuí posesionado de mi empleo se me dió parte que al siguiente daban la vela del Puerto de la Guayra con destino á los de la Peninsula varios buques de comercio: en este mismo cuidé de ponerlo en noticia de V. E. en fuerza de mis deveres. El cortísimo espacio de tiempo no dió lugar á imponerme radicalmente del verdadero estado de tranquilidad de estas Provincias, asunto principal de mis cuidados y atenciones; pero dando asenso á las noticias é informes que se me hicieron aquel dia por los Gefes principales de esta Capital, expresé en el parte que dirigí á V. E. que segun ellos, se hallaba asegurado el sosiego publico, y no havia que recelar efectos funestos de resultas de la conspiracion descubierta. el 13 de Julio de 1797, y sinembargo de aquella confianza he vivido siempre con toda la vigilancia á que obliga la idea de que no haviendo expiado los reos su delito era presumible no haverse extinguido de su memoria la raiz de este gran mal por falta del escarmiento indispensable contra los cómplices en tan horrendo crimen, correspondieron mis. sospechas con los efectos como manifestaré á V. E.

Por virtud de los especiales encargos que se tenian hechos á los Governadores

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