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no siempre pacíficas como las hallara el que es, despues de Colon, el mas grande de los navegantes de la historia. 1

Esto pasaba el 19 de noviembre de 1520 en el punto en que se besan las dos porciones de agua mas dilatadas que cubren el orbe. Allí él llegó

Hasta do el mar océano i chileno
Mezclan sus aguas por angosto seno,

de que habla ERCILLA en su Araucana, poema que nos sorprende no solo por el vigor poético que lo informa, sino tambien por la intuicion histórica que revela en cada uno de

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nauta?

Pero si al gran navegante le ha faltado su poe. ta, en cambio ha hallado un historiador de gran fuste: el libro de don DIEGO BARROS ARANA, Vida i Viajes de Hernando de Magallanes (1864) es un hermoso i brillante continjen te de erudicion histórica que, a pesar de las numerosas investigaciones pos teriores sobre el mismo

tema, no ha sido superado

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HERNANDO DE MAGALLANES

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1 Siempre me ha admirado que no tenga Hernando de Magallanes un poema épico. Lo merece tanto o nias qne Vasco de Gama, que encontró en Camoens un ensalzador de su gloria.

1

Otro gran poeta, ya le esculpió este dístico que debiera grabarse en bronce:

«Magallanes, señor, fué el primer hombre

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por ningun autor. Esa obra ha sido traducida al portugues, en 1881, por FERNANDO DE MAGALHAES VILLAS BOAS (Lisboa, 192 págs. en 4.o).

Ningun niño de escuela ignora que fué insigne portugues el que descubrió ese estrecho.

Nadie deja de saber que sangre portuguesa corria por las venas dei heroico fundador de Santiago.

Pedro de Valdivia era Oncas de Melo por su padre, i elijió, segun la costumbre de la época, entre los apellidos de sus mayores el que mejor le plugo, talvez el que le pareció mas aristocrático, el segundo de su madre, que era Gutiérrez de Valdivia 1.

Tenemos así el hecho ya mas de una vez notado de hacer predominar el apellido materno.

Por desgracia, aquel insigne conquistador <mas que hombre» a quien las crónicas han señalado como mui dado a las mujeres-las tuvo lejítima e ilejítimas-no dejó descendencia, en esta tierra que él clasificó como <nativa, 2.

2

La union de los dos reinos bajo el cetro ibérico trajo por fuerza afluencia de sangre lusitana a los dominios españoles.

Esa influencia en Chile ha debido ser abundante, i si no capaz de alterar la raza constitutiva, ha sido seguramente elemento modificador en la larga centuria corrida hasta la independencia del Portugal.

Los documentos, los cronistas i los historiadores están contestes en señalar el gran número de capitanes de esta nacion que se enrolaron al servicio de España en la conquista de Chile; soldados los hubo por miles i mercaderes por centenares.

1 BARKOS ARANA: Proceso de Valdivia, pág. 257. En este interesante trabajo se señalan los miembros de la familia del egrejio conquistador que pasaron a Chile.

2 Carta a Hernando Pizarro de 4 de setiembre de 1545. Proceso citado, pájina 206.

Es de notarse que Valdivia abrigaba confianza de tener prole: en otra de sus celebradas cartas a Cárlos V, pedia mercedes en Chile «para que de ellas gocen mis herederos i quede memoria de mí i de ellos para adelante».

La vida civil i la militar tuvieron un continjente de sangre lusitana que nos llegó principalmente por el lado de los Andes.

El Brasil estaba demasiado cerca de Buenos Aires, i ésta a un paso de Chile para que no se produjera con facilidad una gran corriente migratoria que tenia sus escalas en Mendoza, San Juan de la Frontera i San Luis de la Punta.

Estos pueblos fueron núcleos portugueses desde los primeros años de la conquista 1.

Allí se avecindaron i hasta obtuvieron algunos de sus descendientes encomiendas.

En Santiago, en el siglo XVI, queda constancia de varios de sus primeros pobladores lusitanos, como Francisco Caldera, natural de Castelno. vo; Gonzalo Díaz, oriundo de la banda de Villanueva; Francisco Hernández Estrada, nacido en Gorbais, capitan; Antonio Francisco de Chávez, Pedro de Morales i otros.

Ya en este siglo i principios del siguiente se naturalizan los apellidos de procedencia portuguesa de Almeidas, Cardosos, Fonseca, Aguiar, Caldera (Caldeira), Carvallo (Carvalho) 2, Ferreira, Núñez, Andrades, Sozas (Souza), Piñeiro (Pinheiro), Saa (Sa), Henríquez 3, Correa, Madureira, Horta, Poveda, Ribeiro, Antúnez, Téllez, Neira, Pereira, Freire, Pinto, Melo (Mello), Oliveira, Rocha, Vasconcelos (Vasconcello), Fajardo, Gamallo, Sampayo (Sampaio), Carneiro, Barros, Cornejo, Barbosa, Silveira, Vieira, Mo reira, Suárez (Soares), Lisboa, etc.

De la misma procedencia lusitana son otros apellidos que se incorporaron mas tarde en nuestra raza: los Noguera i los Nogueira; Santos, del lugar jeográfico de este nombre en la provincia brasilera de San Pablo; Cuello (Coelho); Amaral; Cordero (Cordeiro); Tejeira; Cuitiño (Cuitinho;)

1 Recuérdese lo que tenemos documentado en el capítulo anterior sobre el particular (Capitanía Jeneral, vol. 511, da razon de los pobladores portugueses de esas ciudades).

2 El apellido castellano es Carballo, nombre de lugar.

3 El apellido castellano es Enríquez.

4 En vascuence Orta huerto o jardin; de donde ha salido el apellido Orta.

á Poveda viene del portugues povo, pueblo. Rios Rios: Apellidos castellanos páj. 210.

Araujo; Fraga; Taváres; Paiva. Del mismo orijen creo que es el apellido Brito que se jeneralizó en Chile, aun cuando tambien lo he solido hallar en tre oriundos de Francia.

En el siglo XVII, por lo menos durante sus primeros 40 años, hai una gran afluencia de lusitanos.

En el ejército es conocida la abundancia de este elemento hasta el punto de formar compañías enteras de caballería de esta nacionalidad, como la que en 1600 trajo a Chile el capitan Francisco Rodríguez del Manzano, enviada por el gobernador de Buenos Aires 1.

Entre los militares lusitanos que existian en la época en Santiago i que figuran en las listas de donativos para el escueto tesorero real, entresacamos los siguientes: capitan Andres de Neira (1657), alférez Melchor de los Reyes (1533), capitan de buque Antonio de Zevallos, capitan Diego de Rivadeneira (1633), capitan Juan de Azebedo, etc.

De igual procedencia fueron los mil soldados que de Lisboa trajo a Chile por 1605 el capitan Antonio de Mosquera, toda ella jente moza, pero tan pobre, al decir de su conductor, que «llegó en cueros vivos 3.

3

La mayor parte de esta jente se mezcló al elemento popular de nuestra poblacion i quedó alli anónimo, pobrísimo, pero contribuyendo de cierto a la natalidad del pais. Todos los cronistas e historiadores están contestes en afirmar que, aunque en pésimas condiciones monetarias, a esos soldados mal vestidos, medio hambrientos, no les faltaban mujeres que los. seguian en la vida de cuartel i de campaña.

Se comprende sin esfuerzo la inoculacion de sangre lusitana que ha de haber seguido a estas relaciones, a veces lejítimas i muchas otras nó, que aquella jente moza hubo de entablar en Chile.

Nadie, naturalmente, se ha ocupado ni podrá determinar nunca la

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2 Entre esos soldados vino un Luis Duarte, natural de Evora, que en Chile fué

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exacta propagacion de sangre de aquella nacionalidad que quedó incorporada en las venas chilenas.

Pero si ese dato se busca en vano en los archivos i en los documentos, puede conjeturárselo en la estadística aproximada por los medios que racionalmente suministra la induccion.

Se puede colejir por las costumbres militares del tiempo, qué harán mil soldados portugueses en la vida de campamento con mujeres que vo luntariamente los acompañaban.

Se puede inferir tambien qué clase de camaradas serian éstas. Documentos del tiempo, cartas de oidores, comunicaciones de capitanes jenerales i hasta resoluciones de obispos, hablan de los inconvenientes i desórdenes que solian seguirse a las referidas condiciones de la vida militar.

I aquí precisamente, en esas relaciones sexuales fáciles que las cróni cas de la época atribuyen a los militares, nació la costumbre de llamar lusitanas a las mujeres de vida airada, aun cuando no fuesen portuguesas de nacionalidad; sobrenombre que el grave obispo Carrasco recojió mas tarde, justamente escandalizado, en un documento episcopal.

Enfrente de la abundancia de portugueses del fuero militar, los de otros órdenes de la actividad social son relativamente ménos numerosos. De lo que ha quedado mas individual constancia es del gremio de mercaderes.

Estos han logrado llegar a los rejistros de escribanía i a los libros de los tesoreros de Santiago.

Veamos el elemento civil, dedicado al comercio principalmente, que es algo numeroso.

De este grupo son: Francisco Pérez i Cristóbal Sierra (1622), Joan de Silva (1623), Joan de Azevedo1 i Jorje Fernández de Aguilar (1625), Basco Pérez, Joan Fernández (1626), Gonzalo Ferreira de Aponte, natural de Oporto, Pedro Díaz de Santiago, Francisco López, natural de Grajal,

El apellido castellano es Acebedo, de acebo, árbol; el de orijen portugués se escribe con z i con b.

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