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conserva mas bien la exactitud que no puede observarse respecto de hombres ya corrompidos, dispersos, i que nada tienen que perder.

"Esta descripcion melancólica, pero injenua del pueblo que tiene presente Vuestra Excelencia; este análisis lijero, pero fiel, es únicamente capaz de esplicar un fenómeno tal como el ver despoblado un país tan feraz, bajo un clima templado, sin fieras ni insectos venenosos, sin tempestades ni pestes, sin guerra ni emigraciones; solo así se resuelve el problema. ¿Por qué los campos mas fértiles i regados están sin cultivo? ¿Por qué tantos artículos que sirven al comercio, artes i farmacia están sepultados? ¿Por qué muchas materias que podrian venderse a los estranjeros, redimiendo a la Península de la dependencia de comprarlas, no se envían a pesar de las reiteradas órdenes i medios para hacerlo de que tiene noticia la diputacion? No es, señor, la desidia la que forma este raro conjunto de necesidad i abundancia, de abandono i proporciones, de privaciones i deseos; no se orijina de alguna causa física, ni de algun principio misterioso que se figuran los que no se han detenido a examinarlo. No hai otro motivo que el mismo que ha producido iguales efectos en todos los terrenos como éste en que solo se prestó atencion a las minas, pastos i granos con esclusion de la industria, i cuya constitucion se varió luego que ésta vino a ocupar aquellas manos i aquellos dias que no podian emplearse en tales objetos. En suma, los trabajos sedentarios i perennes llenaron unos vacíos que trastornaban las sociedades, disminuyeron los cultivadores i criaron consumidores de los frutos que ántes embarazaban; tuvieron sobrantes con que cambiar los de otras partes; tuvieron nuevas necesidades que satisfacer; tuvieron esperan

zas, costumbres, virtud, educacion, i se acabó la mendiguez i la indijencia" (1).

Las dos calorosas esposiciones que acabo de copiar me parece que deben ser consideradas como el mas formidable ataque que pudiera dirijirse contra un sistema que en tres siglos habia ocasionado tanta miseria i estorbado tanta grandeza; pero a fin de evitar falsos conceptos, no me cansaré de repetir que Sálas estaba mui distante, completamente distante, de ocultar el mas lijero designio de desconocer los derechos del rei, el mas remoto plan de un trastorno político cualquiera. Por el contrario, confesaba que los reyes españoles habian hecho por esta comarca cuanto podia esperarse de su real benignidad (2); i declaraba sin doblez que si buscaba la prosperidad de Chile, era para estrechar los vínculos que lo ligaban a la España. Este país, decia, debe ser "tan útil a la metrópoli, como hasta hoi le ha sido gravoso. España necesita consumidores para sus frutos i artefactos; Chile, consumirlos i pagarlos; para lo primero, es necesaria una gran poblacion; para lo segundo, que ésta tenga con que satisfacer lo que recibe. Se completaria la felicidad de ambos países si los efectos que éste retornase fuesen de los que no produce la Península i compra a otras naciones; así no embarazando su esportacion i conservando a la madre patria la debida dependencia, la libertaria de la que sufre" (3).

Indudablemente, las opiniones i planes de Sálas impulsaban a una revolucion; pero era sin que su autor lo sospechase siquiera.

(1) Representacion de la Diputacion del Hospicio al presidente don Luis Muñoz de Guzman en 1804.

(2) Representacion citada de la Diputacion del hospicio,

(8) Representacion citada al ministro Gardoqui.

Los obstáculos de toda especie que aquel eminente hombre de bien encontró para la realizacion de sus benéficos proyectos debian a la larga acrecentar el descontento contra el órden establecido que sus ideas, sin que él lo pretendiese, iban poco a poco suscitando.

Así Sálas, sin que tal fuera su propósito, hizo al gobierno español con solicitudes i representaciones de interes público una oposicion tan cruda i tremenda como la que al presente podria haberle hecho con los mas furibundos artículos de diario.

Habiendo Sálas fijado simultáneamente la atencion en diversos arbitrios para sacar a Chile de la postracion en que se hallaba, voi a esponer los principales en órden sucesivo a fin de lograr la correspondiente claridad.

IV.

El primero de los grandes males que trató de remediar fué la estremada ignorancia que siempre habia habido en Chile, donde se desconocian hasta las nociones mas rudimentales de las ciencias a cuya aplicacion se deben los progresos de la agricultura, de la minería i de la industria.

Por muchos años, la enseñanza que solo se daba en los claustros de las comunidades relijiosas, habia sido esclusivamente ecleciástica.

La instruccion pública, sostenida por el estado, solo fué mandada establecer por la real cédula de 28 de julio de 1738, que fundó la universidad de San Felipe, la cual tardó en inaugurarse hasta el 10 de enero de 1747, sin abrir todavía sus aulas, que principiaron a funcionar, i no todas, en enero de 1758.

Posteriormente, por real cédula de 4 de setiem

bre de 1769, ordenó que se creara para la educacion de los jóvenes nobles, i costeado por ellos, el Colejio de San Carlos o Carolino.

A estos dos se reducian los establecimientos laicales de instruccion pública sostenidos, o mejor dicho, autorizados por el gobierno, que existian en Chile.

Lo que en ellos se enseñaba era lo mismo que se enseñaba en los conventos i en los seminarios: primero, el latin, no para leer los clásicos romanos o los padres de la Iglesia, sino para poseer la jerga macarrónica de las controversias escolares; i en seguida, todas las sutilezas i puerilidades de la teolojía escolástica.

Se habian abierto ademas, tanto en la universidad, como en el Colejio Carolino, cátedras de derecho.

Las constituciones de la universidad habian mandado plantear tambien cursos de matemáticas i de medicina.

Dejaré a don Manuel de Sálas el encargo de esplicar lo que fué la enseñanza de las matemáticas en aquel instituto. "Desde la ereccion de la cátedra de matemáticas de la universidad, decia éste en un informe al presidente, apénas ha tenido unos momentáneos tiempos de ejercicio, que jamas han comprendido un curso, a pesar de los esfuerzos del supremo gobierno, siendo principalmente causa la falta de oyentes; i tanto que por eso al mismo administrador que la obtenia, se le suspendió el sueldo algunos años hace; i puesto ahora en su arbitrio enseñar o dejarla, elijió este último estremo" (1).

(1) Sálas, Informe al presidente sobre la Academia de San Luis, fecha 18 de setiembre de 1801.

Escusado es advertir que lo que sucedia respecto de la cátedra de matemáticas, se verificaba respecto de la de medicina.

Para acabar de pintar lo que era la primera institucion docente de Chile durante la época colonial, me bastará decir que mientras no habia ni en la universidad de San Felipe, ni en todo el país, una sola clase de idioma patrio, o de frances, o de ingles, se habia mandado fundar en ella una de araucano, cuyo profesor, segun se presumirá, percibia el sueldo, pero sin haber tenido jamas alumnos a quienes enseñar.

Por lo espuesto, se verá que aquella universidad, mal organizada como estaba, existia todavía mas en el papel, que en la realidad.

Queriendo poner término a una ignorancia tan estremada, principal causa del atraso i miseria del país, Sálas se arrogó el cargo de ministro de instruccion pública; i simple particular como era, sin autoridad de ninguna especie, sin recursos que destinar a la ejecucion de su gran pensamiento, se empeñó en llevar a cabo, a fuerza de actividad i de constancia, imponiéndose todo linaje de sacrificios, lo que ni el monarca ni sus ajentes habian pensado jamas en practicar para bien del pueblo chileno.

En 1.o de diciembre de 1795, representó a la junta de gobierno del consulado la necesidad de establecer enseñanza pública de la aritmética, jeometría i dibujo, si se queria fomentar la agricultura, la industria i el comercio.

Este testimonio auténtico de no haberse enseñado nunca en el país unos ramos tan elementales es el documento mas espresivo que pudiera encontrarse del grado de supina ignorancia a que Chile estuvo reducido bajo la dominacion española.

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