SEÑORES SENADORES: SEÑORES DIPUTADOS: Las relaciones con los gobiernos extranjeros se han cultivado con la misma cordialidad que me cupo el honor de hacer constar en la Memoria precedente. Ninguna desinteligencia se ha producido y todo hace esperar que el movimiento de expansión de la República no ha de encontrar sino facilidades en el exterior. Aunque á este Departamento no le corresponde lo relativo á la sanidad internacional, ha tenido que auxiliar al Ministerio del Interior durante el tiempo que ha reinado la peste bubónica que, aparecida en Oporto en el mes de Agosto de 1899, exigió precauciones para evitar su introducción en el país, adoptando las medidas aconsejadas por la experiencia. Posteriormente, esa epidemia se hizo sentir en la República del Paraguay, poniendo en peligro todas las poblaciones de las costas del Paraná, y no obstante las precauciones que se tomaron por la autoridad sanitaria y los auxilios de facultativos y recursos apropiados para combatirla, con que se apresuró á concurrir el Gobierno, no fué posible evitar que se propagara en el Rosario con alguna intensidad y luego en la Capital federal, aunque con menos importancia. |
