ACERCA DE LOS ASUNTOS DESPACHADOS Y ACTOS EJERCIDOS POR EL DEPARTAMENTO DE SU CARGO. DURANTE EL GOBIERNO DE LA REVOLUCION CARACAS IMPRENTA BOLIVAR 1893 Señor General Joaquin Crespo, Jefe del Poder Ejecutivo Nacional. Al asumir el Poder Ejecutivo de Venezuela por virtud del glorioso término de la gran cruzada nacional, cuya dirección os confiaron en horas de prueba los pueblos de la República, me llamásteis á ejercer el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, con espontaneidad que obligó mi gratitud y puso en mi ánimo el firme empeño de corresponder á honra tan señalada, si no con los dones de la inteligencia, con los esfuerzos, á lo menos, de la lealtad y del patriotismo. Hoy cuando bajo la fe de vuestro nombre y obediente á los preceptos de la moral republicana, comparecéis, despojado ya de los arreos marciales, ante los Representantes del pueblo, en el noble propósito de rendirles cuenta de vuestros actos de guerrero y de vuestra conducta de administrador, cumple á mi deber haceros relación del estado que al presente alcanzan los asuntos sometidos á la acción jurisdiccional de este Departamento, y exponeros en forma precisa las tareas á que en él se ha dado cima desde el día en que pusísteis por obra la perentoria reorganización de varios importantes ramos del servicio nacional. I Reconocimiento del Gobierno de la Revolución por las Potencias Extranjeras Cuando el 21 de octubre tomé posesión del Despacho y procedí á dirigir las consiguientes participaciones, hallé que el señor General Marco A. Silva Gandolphi, que sirvió interinamente el Ministerio en los doce días anteriores a mi arribo á la capital, había pasado desde el 19 de aquel mes á los miembros del Cuerpo Diplomático, una circular encaminada á instruirlos de los sucesos acaecidos y á impetrar de ellos el reconocimiento oficial del Gobierno instalado. por la Revolución. A poco de entrar en relaciones con los Honorables Representantes de los pueblos amigos, me cupo la satisfacción de comenzar á recibir las favorables respuestas que el Poder Ejecutivo solicitaba; y si no todas se dieron desde luego en sentido ampliamente categórico, debióse á las especiales circunstancias en que se hallaban algunas Legaciones para no refirmar el acto del reconocimiento sin la consulta del caso á los Gobiernos respectivos. Mas, como hecho digno de especial mención y obligatorio de afecto por nuestra parte hacia las Naciones con quienes mantiene Venezuela lazos de amistad política, pláceme registrar aquí el de no haber transcurrido un mes siquiera sin que la Revolución adquiriese la valiosa autoridad moral, que por fuerza de lógica vino á comunicarle el proceder hidalgo de las Potencias Extranjeras. Robustecido ya el Poder Ejecutivo, así por tan señalada manifestación de simpatía internacional |
